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«Hay que sacrificar algún sector del siglo XIX y asegurar los del XXI»

El presidente para Europa, Oriente Medio y África de Alcatel-Lucent ve fundamental subirse al carro de la revolución que hoy supone la innovación, basada sobre todo en el desarrollo de las nuevas tecnologías. «Ésta no nos ha pillado en fuera de juego, pero hay que querer jugar el balón», afirma

el 21 may 2010 / 19:34 h.

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Hernández estuvo ayer en el Foro TIC y Sostenibilidad.

-Es presidente para Europa, Oriente Medio y África de Alcatel-Lucent, la compañía de telecomunicaciones con más tiempo de recorrido en España. ¿Cómo se llega ahí desde Andalucía?

-Es una combinación de trabajo y suerte. La preparación está dentro del trabajo y hay que hacerlo mucho y bien.

-El mundo de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) va muy deprisa. ¿Cómo se adapta un sector como el suyo a los retos de la sostenibilidad?

-Hay un montón de procesos en las empresas y las administraciones que tienen una carga energética determinada. La mayoría hace un uso pobre de las posibilidades tecnológicas. Si estos procesos se llevaran a cabo de manera más inteligente, se ahorraría mucho, porque se desperdiciaría mucha menos energía a nivel empresarial, lo que tiene una ventaja no sólo desde el punto de vista medioambiental, sino también, si queremos ser cortoplacistas, en el económico para las empresas. Hoy en día todo el mundo se desplaza a todos sitios, salvo que la nube de ceniza se lo impida, y muchísimas de las cosas que se hacen durante el viaje se pueden llevar a cabo por videoconferencia o telepresencia. Sin embargo, hay empresas que siguen haciendo las facturas de papel, en lugar de electrónicas.

_-¿Y en su sector?

-Hay un montón de comunicaciones y se siguen utilizando redes que consumen mucha energía y que tienen la posibilidad de modernizarse. No sólo es una medicina para la sostenibilidad, sino que está demostrado que mientras más utilizas las TIC, mayor es tu productividad y también más valor se crea en tu empresa, por lo que a mí me sigue fascinando que se siga haciendo un uso tan pobre de las TIC. Es una paradoja, porque todo el mundo sabe que son buenas, pero seguimos siendo poco sofisticados a la hora de aplicarlas.

-¿Qué proyectos lleva a cabo su empresa en este sentido?

-Estamos en muchos. Directamente relacionados con el tema energético, destacaría tres. El primero de ellos es una inciativa de la ONU para lo que tiene que ver con iniciativas ecoeficientes. Luego en otra industrial, que trabaja en crear redes de cuarta generación que son mucho más eficientes desde el punto de vista energético y, por último, en un consorcio mundial abierto y multifuncional donde hay institutos de investigación, universidades y empresas del sector, entre otros, que lo hemos lanzado nosotros desde los laboratorios Bell y que se llama Green Touch. Su objetivo es reducir el consumo de las redes de telecomunicaciones con un factor de 1.000, lo que es muchísimo.

-¿Cuánto?

-El ejemplo que utilizo es que un factor de 1.000 es el diferencial energético entre lo que se necesita para que se encienda la luz roja de la Blackberry y la que utiliza para funcionar un frigorífico. El impacto aplicativo que puede tener es que, con la energía que hoy hace falta para hacer funcionar internet en todo el mundo en un día, seremos capaces de alimentar la red durante tres años.

-En este sentido, ¿qué le parece que el Gobierno recorte en innovación teniendo en cuenta su importancia para la eficiencia de las empresas?

-Es un desastre. Es un paso atrás porque estamos en una carrera de casi 20 años, primero de la concienciación pública de la oportunidad en el caso de España y sobre todo de Andalucía. Recuerdo el ejercicio de concienciación pública relacionada con la Segunda Modernización y luego se pasó a una fase de movilización, que se ha conseguido en parte. Ahora, en tiempos de dificultad, es cuando verdaderamente hay que apoyar esto, porque se va a necesitar. La pregunta que me hago es si no hay otros sectores productivos más propios del siglo XIX y del XX que deberían de ser modernizados o sacrificados para asegurarnos que los sectores del siglo XXI podamos alcanzar una situación de paridad y después de superioridad.

-Porque además se pierde el ritmo respecto a otros países...

-Hay una teoría que dice que en los momentos de dificultad hay que aprovechar las oportunidades, y que los grandes éxitos surgen de grandes crisis, pero hay que invertir en aquello que quieres que sea un éxito. Es difícil en un entorno de carencia como el actual plantearse esto, pero debería haber una apuesta firme ahora más que nunca por esto, porque habrá países y regiones que así lo hagan y habrá otras que, al encontrarse en una posición defensiva, no sólo van a tener que recuperar el terreno, sino que el diferencial va a ser todavía mayor con respecto a los que han invertido.

-¿Corremos el peligro de convertirnos sólo en la pata industrial de este desarrollo, teniendo en cuenta que los competidores ahí son los países orientales?

-Sería problemático a largo plazo, porque los países orientales han demostrado que en la parte industrial están avanzando mucho, por lo que es muy importante no perder la capacidad de innovación. Luego hay sectores donde la batalla está todavía por disputarse. La microelectrónica como tal o el software comercial ya han definido cuál es su ecosistema, pero hay otros sectores, como las renovables o tecnologías aplicadas a la sostenibilidad, donde se parte con las mismas oportunidades que el resto y eso debe utilizarse, porque las últimas revoluciones que ha habido nos han pillado en fuera de juego, y ésta no, pero hay que tener ganas de jugar el balón.

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