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"Hay un abismo entre la crítica y los lectores"

El superventas Javier Sierra hablará esta tarde de su más reciente novela, El ángel perdido.

el 12 may 2012 / 21:48 h.

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Javier Sierra es uno de los autores más esperados de la Feria este año.
La última vez que pasó por Sevilla, hace algo más de un año, Javier Sierra se dejó ver de un lado a otro de la ciudad en un gran autobús decorado íntegramente con la portada de su última novela, El ángel perdido, uno de los más recientes superventas de la editorial Planeta. Ahora, el escritor turolense regresa por su propio pie para participar en un encuentro con sus lectores en la Pérgola de la Feria del Libro, a partir de las 20.00 horas.

 

Como best-seller acreditado, Sierra asegura que tanto él como los demás autores de éxito "tenemos la responsabilidad de atraer lectores a las librerías, no sólo para que compren nuestras obras, que por suerte lo hacen, sino también para que descubran a otros autores minoritarios".

En este sentido, se considera una de esas locomotoras que tiran del catálogo de las editoriales en tiempos difíciles para el mercado. "Es importante que haya siempre best-sellers al retortero, pese a que luego seamos denostados por la crítica", lamenta. "Eso, por cierto, es un fenómeno que no existe en los mercados anglosajones, donde hasta los medios más exquisitos se hacen eco de novedades comerciales. Saben que un lector de best-sellers entra en el universo de la lectura, y se acerca también a otra clase de autores".

A su juicio, la clave de estos desencuentros reside en que "hay un abismo entre los temas que interesan a la crítica intelectual y los que interesan a los lectores de a pie. Piensa que en Estados Unidos Dan Brown es objeto de tesis doctorales. Aquí todavía estamos esperando a que hagan algo parecido con Ruiz Zafón o con María Dueñas. No tenemos ese sentido de estudiar lo que pasa, sino de imponer lo que queremos que pase", asevera.

Al margen de estas cuestiones, Javier Sierra es de los que disfruta zambulléndose en las multitudes de las ferias. "Antes de ser escritor fui lector, y me puse en muchas colas para que me firmaran libros mis autores favoritos. Así que me pongo muy fácilmente en la piel de ese lector impaciente, e intento incorporar la ilusión de ese momento a mi propia experiencia. El arte vive de la ilusión, somos fabricantes de ilsuiones, y en este momento tan depresivo debemos serlo mucho más", dice.

Recuerdos de lector. Entre los autores venerados a los que un joven Sierra se acercó para pedir una dedicatoria, recuerda especialmente a Christian Jacq: "Tuve la ocasión de saludarle, pero la noche antes no pude dormir, de la cantidad de cosas que le quería preguntar", evoca. "También recuerdo a J. J. Benítez, al que fuia a ver a Zaragoza, y que me provocó un gran impacto por el modo en que enfocaba todas sus energías en la investigación. A veces nos olvidamos de que los ídolos son modelos a imitar, y en cambio tendemos a rechazar algo cuando triunfa. Yo aprendí mucho del autor de Caballo de Troya, que además fue el primero de los superventas que tuvo clara la importancia de las giras promocionales para dar a conocer sus libros. Fue un adelantado a su tiempo en muchos sentidos", añade Sierra.

El autor de éxitos indiscutibles de la última narrativa española como La cena secreta es conciente de tener lectores muy fieles, "que recorren grandes distancias sólo para verte o escucharte. Y uno no sabe muy bien cómo premiarlos. Supongo que la mejor manera es con un buen libro, es decir, no dormirse en los laureles y tampoco dejarse presionar por las prisas de las editoriales. El arte de escribir requiere, entre otras cosas, la técnica de reescribir, y para eso hace falta tiempo y paciencia".

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