-El casino quiere reactivar el juego tras su nueva apertura. ¿Qué novedades habrá?
-En cuanto lo autorice la Junta de Andalucía queremos traer el juego de moda, el póker texas golden. Y en cuanto a las máquinas recreativas, la ruleta automática y la estrella: un premio de 100.000 euros por cualquier jugada de un céntimo.
-Pero los juegos preferidos de los clientes son...
-El juego por excelencia es la ruleta. Hay cosas que se ponen de moda y luego pasan, como el póker texas golden o el póker caribeño, pero la ruleta sigue.
-¿Hay algún tabú con la baraja española en los casinos?
-El casino se nutre de una tradición anglosajona y nadie se imagina una sala de tute o se ve el mus como un simple juego de reunión. No hemos sido capaces los españoles de introducir juegos como sí han logrado los franceses con dos, el bacarrá y el chemin de fer.
-En este casino el mayor premio ha sido por el momento de 460.000 euros. ¿Y la mayor apuesta?
-Lo máximo que se permite en Gran Casino Aljarafe está en torno a los 3.000 o 4.000 euros. Y es muy difícil que un premio tan grande se repita: hay que jugar al máximo y seguir jugando y jugando... y casi nadie lo hace. Lo más normal en España es retirarse cuando un golpe de fortuna te deja 60.000 euros.
-¿Y en otras partes?
-Hay jugadores extremos, en Las Vegas o América Latina, a quienes he visto ganar 700.000 dólares de cuando estaba a 200 pesetas (1,20 euros). Esas locuras sólo se ven allí. Aquí se juega por diversión, allí el juego es un fin. Y esos mismos ganadores pierden grandes sumas también.
-¿Cómo se va recuperando el casino de su verano de cierre?
-Las noches de los días laborables la ocupación está al 60% o al 70%, y los fines de semana al 80%, lo que significa 300 y 500 personas. Nuestra aspiración pasa por recuperarnos poco a poco, y de momento la afluencia tiende a subir.
-Quizá uno no sienta la necesidad de desplazarse al casino si juega por internet.
-Los casinos online son un fenómeno interesante y tuvieron su momento. Pero un casino es ese lugar al que no tiene acceso cualquiera y donde se puede venir a lucir las joyas, además de tener un servicio de hostelería a años luz del sector convencional. Y otra de nuestras bazas es la transparencia. Hay sitios donde es mejor no arriesgarse a hacer apuestas.
-¿Y cómo resuelven aquí el conflicto con el cliente perdedor que asegura que ha ganado?
-En cada mesa no sólo está el crupier y el jefe de mesa: se graban todas las jugadas y se pueden repasar en caso de duda. Aquí todos saben que pueden dejar 50 euros en fichas en una mesa y venir al bar: nadie le va a tocar su montón.
-¿Cuál es el retrato del jugador más jugador?
-No existe más prototipo que la capacidad económica de la persona. A más dinero, más juega. Sí es cierto que por cultura están más predispuestos los asiáticos.
-Hablemos de las trampas.
-No constan aquí, aunque un grupo intentó falsificar nuestras fichas. Pero en ese terreno hay buena comunicación entre los directores de casino y se comunican la presencia de estos grupos, que, por otra parte, no han cambiado su modus operandi en 30 años.