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Hay un punto que nunca se debe perder

Llévame por ahí! Hoy, esta noche. No quiero quedarme en casa. No lo aguantaría. Quiero salir, sentir el fresco de la noche de mayo, sentirme viva. No quiero endilgarme de nuevo el mandil y cocinar para nosotros. Hoy no. Nada de velas e intimismo romanticonzón.

el 15 sep 2009 / 06:15 h.

Llévame por ahí! Hoy, esta noche. No quiero quedarme en casa. No lo aguantaría. Quiero salir, sentir el fresco de la noche de mayo, sentirme viva. No quiero endilgarme de nuevo el mandil y cocinar para nosotros. Hoy no. Nada de velas e intimismo romanticonzón.

Salgamos a la calle, quiero ver gente, quiero ver luces y ajetreo. El invierno pasó y la semana de curro infernal también, no necesito el calor del hogar. Nada de eso. Que le den. Quiero palpar la alegría del exterior, el despertar de la ciudad al oscurecer. Por fin llega mi oportunidad.

Tengo hambre de beber. ¡Llévame a tomar un cóctel por ahí! A charlar despreocupada con el barman sobre cuántas aceitunas, con hueso o sin hueso, le ponemos al Martini Dry. Quiero notar cómo me va subiendo su efecto. Quiero revivir ese chispazo. Por ahí fuera. Vestida de fatal, guapa y altiva. No soportaría otra vez la camiseta de andar por casa. La tiraré, no quiero verla más. No quiero volver. Nunca más.

Tengo sed de comer. ¡Llévame a cenar por ahí! A uno de esos fantásticos restaurantes que tú controlas. Dame un homenaje. Lo necesito. Por todo lo alto. Entretenme con la comida, sorpréndeme. Haz que sus aromas y sus sabores me vuelvan loca. Haz que me emocione. Lo dejo en tus manos. No quiero mediocridades. Sólo sensualidades. Enséñame a enamorarme de la vida de nuevo. A degustarla sin reparo. A darle un buen repaso a mis sentidos. A recrearme.

Condúceme a las cocinas del infierno. Y si por el oscuro túnel el tren de la embriaguez nos arrasa será un placer sucumbir a tu lado. Y si la apisonadora del exceso nos machaca a los dos, verme destrozada junto a ti, será un privilegio y un placer para mí. No me importa. Hay una luz que nunca se apaga. Hay un punto que nunca se debe perder.

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