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Hay vida tras el cáncer de mama

Nahuel y Jaume, los primeros gemelos del mundo nacidos tras la combinación de dos técnicas de preservación de la fertilidad que permitió ser madre a Pilar Rams, de 39 años, tras superar un cáncer de mama, fueron presentados ayer en Valencia al cumplirse un mes de su nacimiento.

el 16 sep 2009 / 08:24 h.

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Nahuel y Jaume, los primeros gemelos del mundo nacidos tras la combinación de dos técnicas de preservación de la fertilidad que permitió ser madre a Pilar Rams, de 39 años, tras superar un cáncer de mama, fueron presentados ayer en Valencia al cumplirse un mes de su nacimiento. Se trata del primer embarazo en España y el único gemelar del mundo tras el implante de tejido ovárico en una mujer que superó un cáncer de mama.

Los gemelos, que nacieron el pasado 2 de agosto en el Hospital Universitario Doctor Peset en la semana 33 de gestación y pesaron 1.650 y 1.830 gramos respectivamente, fueron ingresados en la Unidad de Neonatos de este centro sanitario público valenciano, donde permanecieron hasta el pasado 20 de agosto. La madre de los recién nacidos, que durante un año -tiempo que transcurrió desde el primer trasplante de ovarios hasta que se quedó embarazada- no dejó de ser "optimista y pensar que todo saldría adelante", declaró ayer estar "contenta, emocionada" y "eternamente agradecida".

Sin una garantía de éxito sobre el tratamiento, Pilar decidió ponerse en manos de los especialistas cuando le fue detectado un cáncer de mama. Después de la quimioterapia y superar la enfermedad, se sometió a un implante de tejido ovárico en el Hospital Doctor Peset y, posteriormente, a técnicas de fecundación in vitro usando ovocitos vitrificados en el Instituto Valenciano de Infertilidad. "Ha sido un proceso muy duro", recordó Pilar, "o los óvulos no eran buenos, o la fecundación in vitro no funcionaba", hasta que dos de los 19 óvulos que se le implantaron resultaron ser "los definitivos".

La ginecóloga de Pilar y doctora del Hospital Universitario Doctor Peset, María Sánchez Serrano, quiso resaltar "la constancia de la madre", así como "el cariño y paciencia infinita" del padre, ya que, según apuntó, "con la ilusión de ambos, los niños ya estaban allí, sólo había que luchar contra las complicaciones".

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