Cultura

"He dejado de creer en los políticos, nos han engañado tantas veces..."

El sábado Javier Gutiérrez se llevó una de las mayores alegrías de su vida con la Concha de Plata por su Juan, el poli malo de 'La Isla Mínima', la película de un Alberto Rodríguez que «es un dios».

el 29 sep 2014 / 12:00 h.

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Sevilla 25/09/2014 La Isla Minima. Javier GutierrezFOTO: Pepo HerreraLa entrevista tuvo lugar el jueves, 48 horas antes de recibir la Concha de Plata. De repente, el actor al que el gran público conoce por la comedia triunfa con un personaje oscuro y peligroso gracias a Juan, uno de los policías en La Isla Mínima de Alberto Rodríguez. ¿No le preocupa que le destroce la imagen amable de Águila Roja? Para nada, todo lo contrario, porque me veo como un actor versátil. Pero es cierto que al hacer una serie a la que llegan cinco o seis millones de espectadores el gran público te conoce por eso y no por otros trabajos. Una espada de Águila Roja le hubiese venido bien en los arrozales... Pues sí, me hubiese venido perfectamente. Ha sido un rodaje muy duro, porque era muy necesario un paraje de este tipo, da ese punto de atmósfera agobiante. Para mí la marisma ha sido un descubrimiento, y el ambiente tiene que ver con la mano maestra de Alberto, porque si mañana rodara ahí una comedia le saldrían unas marismas más luminosas y apetitosas. Lo bueno es que además nos pusimos ciegos a comer arroz con pato, bueno, arroz en todas sus modalidades, de hecho me llevé mucho arroz a casa. En la película España sale de la dictadura para pesar de su personaje. Bueno, claro, uno de los atractivos de la película es el antagonismo entre estos dos personajes, uno que representa la España oscura y cruel de los años pasados y esa España que representa el personaje de Raúl Arévalo, con ganas de abrir las ventanas y las puertas, de que entre aire fresco, todo eso sumado a un thriller muy bien escrito, dirigido con muy buen pulso, que no sólo cuenta una investigación criminal sino que tiene como telón de fondo una España y que cuenta muy bien un contexto político y social. Su personaje es un visionario, porque al personaje de Jesús Castro le suelta un «que se siente, coño» que medio año después sonó muy fuerte en el Congreso… Sí, sí, fue una propuesta que le hice a Alberto y creo que encajaba perfectamente ese «que se siente, coño» que más tarde acuñó e hizo famoso Antonio Tejero. Además llevo también un bigote muy Tejero, muy propio. ¿Es el personaje más oscuro que ha interpretado? Pues sí, uno de los más oscuros. Aunque se me conoce más por la tele, también he hecho mucho teatro, por ejemplo he interpretado el Woyzeck de Büchner en el Centro Dramático Nacional, a las órdenes de Gerardo Vera, y es un personaje también muy oscuro y torturado, y bueno, ahora estoy representando un Macbeth con el que vendremos a Sevilla al Teatro Central, a las órdenes de Andrés Lima y con Carmen Machi [Los Mácbez, los días 25 y 26 de octubre], que es un personaje también que tiene su tortura mental y física. Pero este personaje, el Juan de La Isla Mínima, es un punto de inflexión en este sentido, porque sí es cierto que en el cine no he tenido la oportunidad de interpretar personajes de este calado. Un personaje tan oscuro como la España de aquellos tiempos, ¿no? Pues sí, y lo malo es que sigue habiendo reminiscencias hoy, que es lo terrible. Siguen muriendo muchas mujeres a manos de sus maridos, siguen campando a sus anchas los gerifaltes del poder, ahí está la impunidad de los políticos, aunque alguno que otro pasa de puntillas por la cárcel… Lo terrible y lo desolador para el ciudadano a día de hoy es que entre 1980 y 2014 han cambiado cosas, pero no todas las que debieran. De hecho, es que hemos vuelto atrás, y menos mal que el ministro de Justicia Gallardón ha dimitido, porque habría sido terrible para la mujer, para la sociedad española, que la ley del aborto que pretendía hubiese prosperado. Se le ve contento, y eso que no hemos hablado de la postura del Gobierno con respecto al cine… Vivimos una paradoja: por un lado, las políticas del Gobierno de Mariano Rajoy nos están asfixiando con el IVA cultural y están haciendo casi imposible levantar un proyecto cinematográfico en nuestro país, pero por otro no para de entrar gente a ver cine español. Creo que va a ser muy buen año a pesar de que al Gobierno no le interesan absolutamente la cultura ni el cine. Y es un buen año porque hacemos buen cine español, eso no es casualidad. Esta película se sacude la mal llamada etiqueta del cine español o eso de «no parece española», que a mí es algo que me pone de los nervios. En el cartel de la película se subraya el mensaje de Vida, muerte, redención. ¿Lo de la redención va por su personaje? Sí claro, él hace un viaje que le lleva a redimirse, llega al lugar de los hechos de una manera y se va de otra, le cambia la forma de entender el mundo y la vida. ¿También cree en las segundas oportunidades, incluso en el cine… y en la política? En los políticos creo menos, ni segundas ni primeras oportunidades, he dejado de creer en los políticos, nos han engañado tantas veces… ¿No es eso también una generalización como la de que todo el cine español es malo? Es cierto que no se puede generalizar, pero está visto que nos han engañado, el clima de corrupción y mentira que existe en la política no se puede comparar con el cine español. Vamos, es que me parece una falta de respeto comparar a los políticos españoles con el cine, porque están muy por debajo, pero muy por debajo, de lo que esperamos los ciudadanos. Ojalá puedan redimirse en algún momento, pero tengo poca confianza en ellos…

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