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'Hice la escultura porque no soporto las injusticias'

El monumento en homenaje a los 200 fusilados en Dos Hermanas el 19 de julio de 1936 acaba de ser colocado al pie de la N-IV. Su autor, Leopoldo González Andrades, reconoce que se inspiró en las esculturas de Chillida y en el cuadro de los fusilamientos de Goya para su diseño.

el 16 sep 2009 / 04:51 h.

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-¿Cómo se fraguó el monumento a los fusilados?

-La Comisión para la Memoria Histórica propuso en 2006 que se hicieran bocetos para un monumento a los casi 200 fusilados del 19 de julio del 1936 en Dos Hermanas. A mí me interesó el proyecto y ese verano, de vacaciones en Algeciras, hice un pequeño boceto en un cuaderno, que ha variado muy poco de la estatua final. Una comisión decidió tres finalistas, que tuvimos que defender nuestros proyectos en el Ayuntamiento. Y eligieron el mío, El Fusilado.

-¿Desde 2006 está el proyecto hecho?

-Sí, se presentó en su momento y se quedó ahí. Pasó mucho tiempo hasta que se pidieron los materiales, que son de acero. Éstos estuvieron mucho tiempo en la empresa -Osicortes-, y de pronto se decidió que esto se moviera rápido y con los planos que yo les di empezaron a cortar las piezas. Yo soy pintor, no escultor, y en el depósito del Ayuntamiento el jefe municipal de herrería, Rafael Claro, ha hecho un trabajo extraordinario en sus ratos libres.

-Hábleme de la escultura.

-La titulé El Fusilado porque fue lo que me encargaron. Tiene un cariz reivindicativo ya que es una persona a quien le están pegando un tiro con la rodilla hincada en el suelo y los brazos en alto, como diciendo "Dios mío, ¿por qué me hacen esto?". Luego le puse un agujero en el centro del cuerpo, que pongo en el corazón representando la ausencia de vida. El material, de aspecto oxidado, contrasta muy bien con el entorno.

-¿Por qué eligió ese material?

-Tenía dudas entre el hormigón y el acero, pero siempre pensé en un material oscuro. Además quise hacerla lo más sencilla posible.

-¿Tuvo alguna inspiración a la hora de hacer la obra?

-Sobre todo Eduardo Chillida, el gran escultor vasco, que también hacía las figuras de metal, lo que pasa es que él hacía cosas abstractas y lo mío es figurativo, se ve que es un hombre. También me inspiró el cuadro de Goya de Los fusilamientos del 2 de mayo, la persona del centro del cuadro tiene también los brazos en alto, como mi escultura.

-¿Qué le impulsó a hacer la escultura?

-A mí la injusticia me revienta. No soporto que una persona por ser de un signo político se le saque de su casa le pequen un tiro y lo maten, no puedo con eso.

-¿Pensó en la gente que murió o en sus familiares?

-Ése es el impulso inicial, lo que motiva, y es importante en el arte, la obra la tiene que entender todo el mundo, y ese impulso inicial debe existir. El resultado tiene que transmitir su significado a los que pasen por allí.

-¿Le gusta el sitio donde se ha colocado, al lado de la N-IV?

-Por supuesto, no sólo por el campo de concentración de Los Merinales, sino porque por esa autovía pasará gente procedente de todo el mundo.

-Como artista, ¿qué ha pretendido con la obra?

-Pretendo que esté ahí dentro de 100 años y que mis nietos sepan que la hizo su abuelo. Ésa es mi pretensión, que se vea mi trabajo y que se hable de mí, bien o mal pero que se hable de mí.

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