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Histórica final para los sevillanos Kevin López y Marco

Kevin López y Luis Alberto Marco han entrado en el exclusivo club de atletas españoles que han disputado una gran final de 800 metros. Además de ellos, sólo otros cuatro lo habían conseguido antes. Lo hicieron con un dominio extraordinario y lucharán mañana por las medallas.

el 29 jul 2010 / 21:53 h.

Kevin López y Luis Alberto Marco, dos compañeros de entrenamientos en la pista sevillana de Cartuja, dos atletas adiestrados por el maestro Francisco Gil, no sólo dieron ayer de la mano un paso que sólo cuatro españoles habían conseguido antes en la historia de los grandes campeonatos. Lo hicieron, además, con una demostración de talento extraordinaria, de saber estar, de saber competir, de ambición e inteligencia para colocarse en la gran final de los 800 metros de mañana (19.35). Esas sensaciones que afloran desde la primera serie en el Olímpico de Montjuic, no pueden por menos que colocarlos como serios aspirantes al podio, que en cualquier caso, estará muy caro, carísimo, como corresponde a toda una final de un Europeo.

Kevin López tiene en ese remate que suelta como un latigazo oro puro, como para poder abordar cualquier cosa al máximo nivel en los próximos años. Como en la final del Campeonato de España, su esprint fue irresistible, aunque en esta ocasión partía desde una posición más complicada, porque llegó a la curva, a falta de 150 metros, totalmente encerrado, como el balear David Bustos, en una carrera lenta en el primer 400 (55.60). Con seis atletas delante de él con fuerzas reservadas, fue en la salida a recta cuando logró abrirse a la calle tres para proporcionar todo un espectáculo, acelerando para remontar a todos, incluyendo el polaco Lewandowski, líder del ranking europeo y temible rival para mañana. El loreño, que parece todo menos un novato, ganó con 1:48.11 y clasificaron también, tras Lewandowski (1:48.15), el holandés Okken (1:48.25) y el checo Holusa (1:48.27), es decir, todos los que estaban en las quinielas previas.Luis Alberto Marco, fiel a su estilo, realizó una carrera sin necesidad de esa excitación última y sublime que aplicó Kevin. Tuvo la clasificación bajo control en todo momento, lideró el grupo junto al británico Rimmer a un ritmo superior a la primera semifinal (54.76 el primer cuatro) y cuando encaró la recta de llegada ya tenía todo el pescao vendío. Flanqueado por Rimmer y el polaco Kszczot, al francés Oualich ya le era imposible penetrar en las tres primeras plazas, aunque luego entró también por tiempos. Rimmer, un gran candidato al oro, al que se le ve fino, pasaba la línea en 1:47.67, seguido de Marco (1:47.79), Kszczot (1:47.84) y Oualich (1:48.06). De nuevo entraron todos los que se esperaba. En la final, salvo el campeón de Goteborg, el holandés Bram Som, que sorprendentemente no se presentó en las series, no faltará ningún favorito. Todo puede pasar, pero para los sevillanos ya ha pasado mucho, muchísimo.

Kevin López no quiso saber nada de favoritismo para las medallas. "Para mí, estar en la final es como si ya hubiera ganado", dijo el sevillano, de 20 años, con su modestia habitual, aunque aviso de que "no quiero ser sólo un espectador en la final y pelearé por todo". En su serie, dijo que pudo "sacar fuerzas al final" y esprintar para ganar por delante del polaco Lewandowski, uno de los favoritos. "No creo que el polaco haya mostrado todo lo que tiene, en la final sí saldrá a por todas". Luis Alberto Marco calificó su carrera de "fácil, porque el inglés se ha puesto a tirar y había que limitarse a seguirle y tener cuidado en la última recta". Recordó que "sólo cuatro españoles se habían metido en finales de 800, así que esto ya es un éxito". 

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