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Holanda está en alerta máxima tras el ataque a su Familia Real

El ataque que el jueves sufrió la Familia Real holandesa durante el desfile del Día de la Reina ha puesto en máxima alerta a los servicios de seguridad, puesto que todo el país se pregunta qué hubiera ocurrido si el vehículo que arrolló y mató a seis ciudadanos hubiera ido lleno de explosivos.

el 16 sep 2009 / 02:08 h.

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El ataque que el jueves sufrió la Familia Real holandesa durante el desfile del Día de la Reina ha puesto en máxima alerta a los servicios de seguridad, puesto que todo el país se pregunta qué hubiera ocurrido si el vehículo que arrolló y mató a seis ciudadanos hubiera ido lleno de explosivos.

La agresión en la localidad de Apeldoorn ha dejado en evidencia la facilidad con la que se puede atentar contra la Familia Real holandesa, por lo que los expertos consideran que el trato informal y cercano que hasta ahora mantenía la Reina con sus súbditos puede acabar.

De hecho, las autoridades están evaluando si la reina Beatriz y su familia participarán este año en los actos conmemorativos del Día de la Liberación del país, los próximos 4 y 5 de mayo. Holanda celebra todos los años el fin de la ocupación nazi, formalizada el 5 de mayo de 1945 en la localidad de Wageningen (este del país), donde tiene lugar un desfile al que suele asistir la soberana, acompañada habitualmente del príncipe heredero, Guillermo, y su esposa, Máxima.

Pero el incidente acaecido en Apeldoorn, donde un hombre trató de embestir con su vehículo al autobús descapotable en el que se encontraba la Familia Real con motivo del Día de la Reina, provocando la muerte de siete personas, incluido el agresor, que pereció la pasada madrugada, ha llevado a revisar el programa de celebraciones de la semana próxima. El diario holandés De Telegraaf indicó ayer que el Comité Nacional de Seguridad está estudiando si los miembros de la Familia Real deben participar o no en los actos previstos para el 4 y 5 de mayo en Amsterdam y Wageningen.

Tanto la reina Beatriz como los príncipes Guillermo y Máxima presenciaron a escasa distancia cómo el vehículo que conducía Kars T., un holandés de 38 años, irrumpía en el pasillo reservado para el autobús real y, tras llevarse por delante a varios asistentes al actos y policías, acababa empotrado contra un monumento junto a la calzada.

El conductor, que falleció la pasada noche debido a la gravedad de sus heridas, confesó a la policía que su objetivo era el convoy real, aunque no reveló sus motivaciones.

Las autoridades han indicado que el hombre no tenía antecedentes penales ni de problemas psiquiátricos. Los medios holandeses informaron ayer de que el atacante, que iba a ser acusado de intento de atentado contra la jefa del Estado, trabajaba en una empresa de seguros, hasta que fue despedido recientemente. La Policía ha examinado minuciosamente en las últimas horas el vehículo y la casa del agresor, pero no ha encontrado ningún indicio de que hubiera ninguna persona más implicada. Todo apunta a que actuó sin ayuda.

Seis víctimas. La sexta víctima mortal del ataque, sin contar al propio conductor del vehículo, es un hombre que murió ayer en el hospital a causa de las heridas provocadas el jueves en el atropello durante el desfile del Día de la Reina en Apeldoorn. El Ministerio de Defensa holandés informó de que se trata de un policía militar de 55 años, natural de Apeldoorn, según recoge la agencia holandesa ANP. Ocho personas, entre ellas dos niños, continuaban ayer hospitalizadas y hay una mujer que se encuentra en estado crítico.

El ataque tuvo lugar cuando un coche se saltó el perímetro de seguridad y trató de embestir el autobús descapotable en el que estaban la reina Beatriz y su familia. Los actos del Día de la Reina, que se celebra en toda Holanda y en la que participan multitud de personas vestidas con todo tipo de complementos de color naranja, fueron suspendidos en la mayoría de ciudades.

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