Mucho antes de adoptar la rimbombante etiqueta de Carmen de Santacruz, y de compartir escenarios con Imperio Argentina y Edit Piaf,esta bailarina, que ya tiene 83 años, llegó al mundo con el nombre de Carmen Rosa Murube. Nació en Los Palacios y Villafranca, que ahora le rendirá un homenaje.
La próxima edición del festival flamenco de La Mistela planea rendirle homenaje. El Ayuntamiento de Los Palacios y Villafranca intenta traer a esta mujer que vive desde hace años en Madrid, para que protagonice una de las veladas, en la que se proyectará el documental sobre su vida, obra de su propio hijo: Dimitri Murube.
El documental narra la vida y hazañas de una mujer que empezó siendo hija natural de una viuda en un pueblecito que orillaba las marismas del Guadalquivir, que partió hacia Sevilla con su madre clandestina, que aprendió el baile clásico en tres meses y que con 14 años debutó en el Real Alcázar.
Desde entonces, la niña se convertiría en Carmen de Santa Cruz. "Mi familia no permitió que yo me pusiese mi auténtico apellido, porque entonces tener una artista en la familia era un deshonor", recuerda ahora esta reina de la danza española que fue embajadora del país durante la época franquista por más de media Europa, América y hasta Oriente Medio, y cuyo nombre ahora no dice mucho aquí. "Después de 40 años, he vuelto a abrir mis baúles", dice. "Yo había enterrado el baile como si fuera un muerto muy querido, pero muerto", agrega.
La apertura del baúl de los recuerdos fue filmada por su hijo en el documental Azuquíbiri. Las castañuelas de la libertad. Puede contemplarse a una lozana bailarina que comparte cartel y escenario con una desconocida Lola Flores, que protagoniza el ballet de películas con Imperio Argentina, como Goyescas (de Benito Perojo en 1942), con Estrellita Castro, como La patria chica (de Fernando Delgado en 1943), o con otras muchas estrellas.
Su hijo trabaja ahora en Los Palacios y Villafranca, su primera raíz, para comprar un nicho en el cementerio en que descansará su madre cuando le llegue la hora del viaje definitivo