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Horizontal tirando a plano

El Betis de Granada fue muy lento, muy previsible y muy poco peligroso. Nada que ver con el equipo que es líder de Segunda.

el 30 ene 2011 / 21:56 h.

Así empezó y así acabó el Betis.
Al ritmo que jugó en Granada, el Betis podría pasarse toda la segunda vuelta tocando y tocando y tocando la pelota pero no marcaría ningún gol. Era el peligro de alinear a cuatro mediocentros en el once titular: la posesión estaba asegurada (65%-35% en algunas fases del encuentro), pero también la falta de verticalidad. Iriney, Arzu, Beñat y Salva Sevilla controlaron el esférico, pero lo aburrieron de tanto pase horizontal que dieron. Mucho tuya-mía y mía-tuya pero profundidad, ya fuese por las bandas o por el centro, ninguna. En realidad, con semejante cuarteto, las bandas no existieron. Craso error de Pepe Mel. Si el Granada tiene algo, es peligro por los flancos, sobre todo por el izquierdo, así que se equivocó el míster verdiblanco al plantear un dibujo sin un hombre específico para el lado por donde se desenvuelve ese extremo a la antigua usanza llamado Dani Benítez. Al balear se le planteó un escenario idílico, con muchísimos metros por delante y un solo obstáculo que sorteó cada dos por tres sin que ni el rival en cuestión, Isidoro, ni Mel acertasen a reaccionar. Y mientras el Betis se adueñaba del balón con la connivencia de su oponente, el Granada se limitó a esperar un contragolpe. Frente al toqueteo, el ataque en tres pases. El Betis acabó con cinco atacantes pero no atacó. El Granada dedicó cuatro hombres a la ofensiva, uno de ellos el portero, y se sobró. El líder, de tan horizontal como se puso, acabó plano. Jamás se vio un Betis más previsible, más lento, más vulnerable. Emana, ahora sí, empieza a parecer imprescindible.

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