Pablo Aguado espera tranquilo su trascendental debut en la plaza de la Maestranza. Los deberes están hechos y el resto lo pondrá el toro. Esta noche toca confirmar lo mucho y bueno que se habla de este joven novillero. Antes de anunciar su nombre ya se percibía cierto ambiente. Eso es mejor olvidarlo ahora. Cuando tiene que hablar la gente es esta noche. Lo que se diga antes no vale para nada si luego no salen las cosas. Aunque haya que buscar ese aislamiento del ambiente, ¿esa expectación le supone un plus de responsabilidad? Sí, pero no me causa miedo ni presión negativa. Hay que saber manejar esa presión para llevarla al lado positivo. Tiene que valer para obligarte a cumplir pero no debes dejarte llevar por el exceso de presión porque eso solo lleva al nerviosismo y a la ansiedad. Es importante saber lo que te juegas pero siempre con los pies en el suelo y la cabeza asentada. Calor de gente conocida no le va a faltar esta noche. Sí, hay muchos amigos que van a venir a verme y eso te hace sentirte más arropado. A eso hay que unirle el torear en la plaza más importante del mundo. Las sensaciones son muy positivas. Hace una semana lo comentábamos con Carlos Corradini: el festival del Rocío de Triana sirvió de escaparate de la nueva hornada de toreros de Sevilla. Nos sirvió a todos mucho. Estábamos anunciados los novilleros con más ambientillo de Sevilla y fue muy bonito vernos juntos en el mismo cartel. Además resultó interesante de cara al espectador: era la primera vez que la gente nos veía compitiendo unos con otros. La novillada de la Hermandad de los Gitanos de Utrera fue un nuevo paso que también tuvo resonancia. Volvió a llamar la atención su sentido de la capacidad. Es que en Espartinas y en Utrera me tocó tirar de esa capacidad porque no tuve suerte con los novillos. Se pudo ver aptitud, disposición pero lo que espero es que esta noche embistan los novillos y se pueda ver el toreo que soy capaz de hacer. Ahora toca torear bien... Por supuesto. Es lo que deseamos los que queremos ser toreros: torear bien. Pero cuando las reses no embisten y no hay esa posibilidad hay que tirar de recursos. No podemos dejar pasar la oportunidad ni tirar cartuchos al aire. Hay que cortar las orejas. Los profesionales valoran más la capacidad de resolver que las maneras. Con el novillo complicado no pueden todos. Sí, ahí puedes demostrar tu dimensión técnica a largo plazo porque si no eres capaz de resolver las dificultades con un eral sin caballos no puedes cumplir el objetivo definitivo, que es enfrentarte al toro. Las dificultades del cuatreño son otras y es fundamental que ahora nos vean manejar esos recursos que sirven para resolver la papeleta con los novillos malos. Se trata de crear la ilusión para el momento en el que salga el toro y sepamos tocarle todas las teclas. Pero aparte de toda esa disposición lo que hay que hacer es torear bien. Más allá de la actitud y de las ganas está el buen toreo. Retomando aquel festival de Espartinas, ¿podríamos hablar con propiedad de una nueva generación de toreros en Sevilla? Creo que sí. Todos los compañeros que estamos saliendo ahora podríamos encarnar o representar esa nueva generación. Sería bonito para el aficionado, para estar pendiente de las posibilidades de cada novillero. De alguna manera se puede meter todo en un saco más amplio: ahí está el caso de los hermanos Jiménez, la revelación de Pepe Moral. Hay un momento interesante para el toreo sevillano. Sí, lo de Pepe Moral, lo de Borja, lo de Javier hay un montón de toreros sevillanos que nos están ilusionando a todos, y sobre todo a los que somos de aquí y sentimos esto. El toreo sevillano vuelve a estar muy presente en este mundillo. Tiene su cuartel general en Sanlúcar de Barrameda. ¿Cómo se afronta allí la preparación? Me fui a Sanlúcar porque allí se respira un ambiente de preparación distinto. Allí he logrado aislarme de todo y he encontrado una enorme disciplina. En Sevilla estaba pendiente de quedar con unos o con otros cada día y allí quedamos todos a la misma hora para salir a correr; vamos todos juntos a la plaza de toros a entrenar Además coincidimos un grupo de novilleros y la competencia se nota hasta entrenando. Todo eso ayuda a aprender valores fundamentales en el toro como la responsabilidad, el sacrificio, la disciplina para eso Sanlúcar es inigualable. ¿Y cómo llegó a la conclusión de que su lugar en el mundo estaba en el toro? Porque me di cuenta de que lo que más me hacía disfrutar era el toreo. Para seguir siendo feliz necesitaba torear. Cada festejo clasificatorio cuenta con un novillero sevillano. Los dos últimos años han ganado los de casa... Este año también va a ser de Sevilla (risas). Esta noche no se puede quedar nada dentro... De momento es el día más importante de mi vida y llego con la conciencia tranquila de haber hecho todo lo que estaba en mi mano. El trabajo ya está hecho. No me voy a dejar nada en el hotel.