Un conductor de 34 años al que la Guardia Civil interceptó ayer en un control en la SE-20, detectándole el triple de alcohol en sangre de lo permitido, trató de huir en su coche pese a las advertencias de los agentes y provocó una persecución que se prolongó durante casi media hora, y que acabó con el coche empotrado en una acera tras chocar con un semáforo y un árbol. El hombre fue detenido y llevado a los calabozos por un delito contra la seguridad del tráfico y otro de desobediencia a la autoridad, y le serán requeridos los daños que provocó en el mobiliario urbano durante su huida.
El periplo comenzó en torno a las 8.30 horas, cuando la Guardia Civil detuvo el Toyota que conducía el hombre y sometió al conductor a la prueba de alcoholemia, que dio positivo triplicando la tasa permitida. Los agentes le entregaron una citación para el juicio rápido por un delito contra la seguridad del tráfico, pero el hombre tiró el papel al suelo, se montó en su coche y se fue a toda prisa. Los guardias lo persiguieron hasta la Isla de la Cartuja, donde se unieron a la persecución varios patrulleros de la Policía Local, que fueron los que finalmente lo detuvieron.
El conductor huyó a toda velocidad por varias calles, chocando con algunos elementos, y terminó perdiendo el control del turismo en el cruce de calle Américo Vespucio, cuando giraba hacia Gregor Mendel para salir del recinto. El coche se montó en la acera, derribó un semáforo y se empotró en un árbol.
El vehículo quedó destrozado, aunque el conductor no sufrió ningún daño y fue detenido y llevado a los calabozos policiales hasta que la Guardia Civil y la Policía Local concluyan sus atestados y puedan llevarlo ante el juez junto con las correspondientes diligencias por los daños en el mobiliario urbano, para que se determine si corresponde que responda por su responsabilidad patrimonial asumiendo el coste de su reparación.
