Iborra se hace sitio en el Sevilla.
Vicente Iborra gana peso específico en el Sevilla a medida que avanza la temporada. El exjugador del Levante llegó como uno de los refuerzos más importantes del nuevo curso. Los seis millones de euros pagados para ejecutar su cláusula de rescisión le convirtieron en el tercero más caro del verano en Nervión, tras Kevin Gameiro y Bacca. Las expectativas, por tanto, eran grandes, pero no ha sido hasta ahora cuando el de Moncada está demostrando sus cualidades. De hecho, llegó a ver varios partidos desde la grada. Hoy en día, gracias a su trabajo, es titular indiscutible.
Iborra ha participado en 9 de las 15 jornadas de Liga, aunque tuvo que esperar al partido contra el Espanyol, día en que Unai Emery decidió situar sobre el césped un doble pivote defensivo con Rakitic por delante en el que él era uno de los dos mediocentros, para comenzar a hacerse indiscutible (por ahora). Hasta entonces, lo suyo era jugar... y desaparecer.
En Liga, Iborra participó en las tres primeras jornadas dos de ellas siendo titular, tras lo cual Emery le sentó en el banquillo hasta el punto de no jugar un solo minuto en las tres siguientes. Posteriormente, Iborra volvió a ser titular, en tres partidos, y luego estuvo otros tres dos de ellos ni siquiera convocado sin saltar al césped... hasta que llegó la visita al Espanyol y la vida cambió para todos, incluido él. Desde entonces, el Sevilla no conoce la derrota en ninguna de las competiciones.
En total, el centrocampista llegó a ser utilizado como central ha participado en 17 encuentros y ha marcado 2 goles.
Emery dijo en su día que la razón de su suplencia era la dura lucha por la titularidad. Con Nico Pareja lesionado, Carriço ha pasado al eje de la zaga y, por tanto, es un rival menos para Iborra, sin duda uno de los grandes beneficiados del cambio de planteamiento del técnico. Pero sin su buen hacer, no estaría ahí.
