Cultura

Idas y venidas de un escritor

el 14 sep 2010 / 20:28 h.

Antonio Rivero Taravillo, un escritor inquieto.
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No parece casualidad que Antonio Rivero Taravillo (Melilla, 1963) cuente en su currículum con una traducción de Los viajes de Gulliver, de Jonathan Swift. Aunque nunca haya alcanzado las tierras de Liliput, él mismo ha demostrado siempre una irrefrenable pasión viajera, plasmada en títulos como Las ciudades del hombre y Viaje sentimental por Inglaterra. Ahora, este sevillano de adopción reúne las crónicas de sus más recientes vuelos, travesías y embarques en el volumen Macedonia de rutas, que acaba de ver la luz en el sello editorial que él mismo dirige, Paréntesis.

Para él no resulta fácil disociar la idea de viaje de la literatura. "El viaje es una forma más de creación, como la escritura, la traducción y la edición", explica. "Siempre me ha gustado viajar, y escribir los viajes es una forma de hacerlo dos veces. Se quedan muchas cosas fuera, pero la más sustantiva se queda siempre en algún libro. Ya llevo tres", agrega el escritor.

El lector encontrará en esta Macedonia de rutas lugares muy diferentes, algunos tan familiares como Como el título indica, un revuelto de diferentes destinos. "Una parte está dedicada a Inglaterra, Escocia e Irlanda, que son tierras muy queridas y frecuentadas; hay otra parte andaluza, una tercera dedicada a Francia y otra a Italia, a la que sigue una sección variada de Europa. También me ocupo en un apartado de Islandia, en otro de México y en el último de Estados Unidos", desgrana Rivero Taravillo.

¿Cómo se logra aislar en un largo viaje lo superfluo de lo que realmente vale la pena contar? El escritor cree tener la fórmula: "Cuando escribo de viajes, me acerco más a la poesía lírica que a la épica: prefiero encapsular momentos o lugares especiales y sacrificar lo más obvio, lo farragoso y lo que encajaría mejor en una guía turística", comenta.

Lo que nunca falta en las crónicas de viajes de Taravillo son los guiños literarios o culturales en general. "Son libros con sesgo claramente literario, donde el lector encuentra ecos de otros escritores, pintores, músicos. No son nunca naturalezas muertas", asevera.

Así, la figura de Luis Cernuda asoma en varias ocasiones -no en vano, la redacción de Macedonia de rutas ha sido paralela a una investigación sobre la vida del poeta- en Sevilla, México y Estados Unidos; el británico John Keats aparece en un texto titulado Tras las huellas de Keats y Shelley; y el maestro argentino Jorge Luis Borges tiene su protagonismo en los textos sobre Islandia. "También, como es natural en mi caso, traigo autores irlandeses a estas páginas, y en un recorrido que hago por la Provenza aparece también Albert Camus", apunta Rivero Taravillo.

Cuando se le pregunta cómo se puede hacer partícipe de las vivencias de un viaje a un lector sentado en su sofá favorito, el escritor responde: "Es importante buscar el difícil punto de equilibrio entre el dato culto y la vida que se impone. Las descripciones son esenciales, los aromas, las luces... Se trata con las herramientas del lenguaje y hay que llevar al lector a esos lugares".

Macedonia de rutas será presentado el 28 de septiembre en la Fundación Cruzcampo (Avda. Andalucía, s/n) por la periodista Mercedes de Pablos, a partir de las 20.00 horas.

 

YEATS ‘rules'. Pero Rivero Taravillo casi siempre es noticia por más de un título a la vez, y estos días tiene otro motivo de alegría con la salida a la luz de la Poesía reunida del irlandés William Butler Yeats. "Hace ya bastante tiempo que empecé a traducirlo, por mi pasión hacia todo lo irlandés y por ser uno de los poetas esenciales del siglo XX. He sudado tinta, pero ahora me ha da pena llegar al final, como sucede con todos los viajes", dice.

Unos 15 años de trabajo le ha llevado este empeño, recompensado ahora con los primeros puestos en las listas de ventas de poesía desde hace varias semanas. "Hasta cierto punto, me sorprende la repercusión. Yeats no es un poeta fácil, el libro es voluminoso y no es de los que se venden fácilmente. Por otra parte, me reafirma en la necesidad que había de que un poeta de esa talla aparezca de cuerpo entero, porque hay correspondencias, pasadizos y ecos entre los poemas, y solamente se aprecia la multiplicidad de sentidos y de matices viendo el conjunto", apostilla.

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