Imagen de una postal de la Exposición de 1929.
La profesora titular de Universidad de Sevilla dentro del Departamento de Escultura e Historia de las Artes Plásticas, María Fernanda Morón, que ha participado en '1929-1992: Dos exposiciones para un siglo. Vigencia y apuesta de futuro', dentro de los cursos que la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA) celebra en Sevilla, ha destacado que parte de la identidad del concepto de Sevilla como ciudad "se debe a la Exposición del 29". Morón ha reflexionado sobre la conservación del legado de esta muestra, "que no fue tan importante en los pabellones como en el patrimonio natural", resaltando el caso del parque de María Luisa, "creado anteriormente por el ingeniero francés Forestier, pero que se adaptó para la exposición", la avenida de La Palmera, "o toda la zona portuaria".
"En el caso de La Palmera, el hecho de que haya una sucesión de palmeras y naranjos no es gratuito, y podemos pensar que lo han diseñado desde el área de parques y jardines, pero se hizo así porque era la vegetación de la zona", ha asegurado la ponente, quien ha confesado que pasear por esa zona de Sevilla "recuerda al México del siglo XX, por lo que ese es el legado de la exposición".
Para Morón, la ciudad tiene "tan asimilada la aportación del 29 que ya no parece ni que es de exposición; los ciudadanos pasean por allí creyendo que la ciudad se ha desarollado, cuando el sector sur de Sevilla le debe todo y parte de la identidad del concepto de la capital como ciudad se lo debemos a la muestra".
Autora de publicaciones como 'El Patrimonio Histórico Artístico de la Universidad de Sevilla' o 'La Iglesia de San Miguel: Cinco Siglos en la Historia de Morón de la Frontera (XIV-XVIII)', ha lamentado el estado de conservación de los pabellones, "especialmente porque no estaba desarrollada toda la legislación patrimonial, que empezó a concretarse en 1930 con la 'Carta de Atenas' y, por otra parte, porque toda esta legislación son recomendaciones y no se comete ningún delito si se va en contra de ellas".
MEJOR PROTEGIDOS DESDE EL PRINCIPIO
"Lo ideal hubiera sido que los pabellones con interés hubieran estado protegidos desde el principio, se hubiera abierto un expediente de protección previo, declarándose bienes de interés cultural", ha enfatizado la ponente, destacando que "estos edificios se vaciaron por completo para adaptarlos a los nuevos usos, lo que hizo que quedaran como verdaderas mamparas" y matizando que varios de ellos están en régimen de uso y disfrute por la Universidad.
Finalmente, ha criticado que la experiencia de esta muestra "no se empleara para hacer la de 1992", indicando que, "mientras que en la primera el tema económico era fundamental, la otra fue de tipo político, ya que, como estaba Felipe González como presidente del Gobierno, quiso dar infraestructuras al sur y, a diferencia de otras regiones españolas, tuvimos mucha suerte".
"El problema está en que casi todos los pabellones se crearon con un concepto de efímeros, de que se podían tirar y, de hecho, hay cosas que ya se han perdido", ha apuntado Morón, y ha detallado que en su organización "tendrían que haber sido conscientes de que eran valores patrimoniales, cosa que de una manera muy rudimentaria se tuvo en el 29".