La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, mantiene la reforma de la ley del aborto, pese a que en el seno del PSOE hay discrepancias sobre la conveniencia de mantener su punto más polémico: que las chicas de 16 años puedan interrumpir su embarazo sin permiso paterno.
Aído presumió ayer de la "valentía" del Gobierno socialista de abordar la reforma de la ley , "sabiendo que -en este asunto- se cruzan principios irreconciliables". Aído respondió en el Congreso al diputado de UPN Carlos Salvador, quien censuró la voluntad del Ejecutivo de sacar adelante una ley de plazos con una "mayoría justita", después de prometer en el programa electoral del PSOE que no se promovería la reforma "sin el consenso y la reflexión de todos".
"Eso es la democracia, la decisión de la mayoría", rebatió la ministra, quien argumentó que donde existe un claro consenso es en que la legislación vigente "no satisface a nadie" y en que es "manifiestamente mejorable". En su opinión, "este Gobierno al menos ha tenido la valentía de hacer frente a la situación", mientras que el PP "en ocho años" prefirió "mirar para otro lado y dejó que las cosas siguieran como estaban". "Parece que abrimos debates innecesarios, pero no piensan lo mismo las más de 100.000 mujeres que abortaron el año pasado y los profesionales que han tenido problemas", dijo.
Aído achacó a "la derecha" el proponer cosas como la abstinencia a los jóvenes, el silencio, que miremos para otro lado e, incluso, acercarse a los países musulmanes pidiendo el permiso del marido para que las mujeres puedan abortar.
También defendió la polémica propuesta de que las menores puedan abortar sin autorización paterna, al sostener que cuando una joven de 17 años toma una decisión como ésta, y no quiere contarlo, lo hará igualmente aunque "no sabemos en qué condiciones". Además recordó que "una joven es mayor de edad para tomar decisiones en el ámbito sanitario a los 16 años" y puede decidir sobre cualquier intervención quirúrgica salvo en tres excepciones.
