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Ikea no va a cambiar su proyecto, así que, o el Ayuntamiento y la Junta aceptan el cambio en el PGOU para recalificar 149.000 metros cuadrados, 41.400 metros más de lo que marca el PGOU, o no se instalará junto al aeropuerto. El responsable de comunicación de Expansión de Ikea Ibérica, Rodrigo Sánchez Flores, aseguró ayer a este periódico que siguen apostando por Sevilla, pero que quieren saber ya si pueden o no levantar su proyecto, "que es el que es", dentro del marco "de la legalidad".
El mensaje que la multinacional lanza a los propietarios del suelo y al Ayuntamiento es claro: el debate político debe terminar porque Ikea cuenta con la financiación y los recursos para hacer su proyecto "ya". "No necesitamos bancos, ya que reinvertimos nuestros beneficios cuanto antes. No ponemos plazos para Sevilla, pero trabajamos con plazos cortos porque al parar las inversiones paramos también nuestros ingresos y se corre el riesgo de que se vayan a otro país", explicó Sánchez Flores.
Después de que el propio Ayuntamiento flexibilizase su postura y asegurase que si el proyecto de Ikea no es legal no se hará y de que el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, rechazase modificaciones en el Plan General con la justificación de que han sido planteadas como condición para hacer inversiones que pueden crear empleo, la empresa sueca defiende que su proyecto está "dentro de la legalidad" y que se planteó "desde el principio de una forma, y es el que es". "No hay más", sentenció tras indicar que requiere 149.000 metros cuadrados.
El portavoz de la multinacional sostuvo que, pese a la polémica surgida, mantienen su apuesta por su segunda tienda en Sevilla, que supondría "200 millones de euros de inversión y la creación de 2.000 puestos de trabajo directos e indirectos y otros 2.000 empleos más en la fase de construcción". "No pensamos cambiar de ubicación, es un futurible no planteado por ahora", añadió. Eso sí, no renuncian a ligar su tienda a un centro comercial, como el de Jerez. Precisamente el escollo a sortear.
Y es que en los terrenos de San Nicolás oeste cabe la tienda de Ikea de sobra, pero no el centro comercial con el que la multinacional quiere financiar su inversión. El Plan Parcial presentado por los propietarios intenta alterar el PGOU para conseguir más aprovechamientos lucrativos de los permitidos. Sin ese cambio, la multinacional no podría vender a otros inversores el hipotético exceso de edificabilidad. Sin embargo, Ikea justifica que su tienda esté ligada a dicho centro comercial.
"Siempre hay un centro comercial para aprovechar las sinergias. Ikea es un foco de atracción grande de clientes de los que se nutren otros negocios y así nos garantizamos que el mix de ofertas es el adecuado y que los accesos también lo son", argumentó Sánchez Flores. "Tenemos la financiación -prosiguió- para la tienda y el centro comercial y hay demanda, por eso nos queremos instalar".
