Local

Impresiones de una campaña que logró la atención de los ciudadanos

Ala espera de lo que determinen hoy los ciudadanos con su voto, la campaña electoral que dejamos atrás nos brinda algunos indicios que conviene no pasar por alto. Insistimos en señalar que, a nuestro juicio, la coincidencia de las generales con las autonómicas no ha supuesto...

el 15 sep 2009 / 01:21 h.

Ala espera de lo que determinen hoy los ciudadanos con su voto, la campaña electoral que dejamos atrás nos brinda algunos indicios que conviene no pasar por alto. Insistimos en señalar que, a nuestro juicio, la coincidencia de las generales con las autonómicas no ha supuesto, ni muchísimo menos, una merma en el debate de los asuntos estrictamente andaluces. Es más, hay serias dudas de que si se hubiesen celebrado éstas últimas en solitario hubieran tenido un mayor pro tagonismo en el concierto informativo estatal.

Si ya de por sí la temática andaluza se abre paso a duras penas en las secciones de "nacional" de los distintos medios, es fácil imaginar que una materia tan poco atractiva, a priori, como es la información electoral seguro que suscitaría escaso interés fuera de Despeñaperros, a no ser que, también, en el resto del país estuviesen en la misma tesitura, tal y como ha ocurrido finalmente.

Otro aspecto a destacar de inmediato. Se comenzó como siempre. Haciendo llamamientos de unos y otros al juego limpio, a no emplear descalificaciones e insultos. Y se puede decir que el objetivo se ha cumplido más que nunca.

La contribución de los medios informativos. Aunque el punto álgido lo protagonizó Arenas, tratando de infundir sospechas sobre el patrimonio de Chaves, lo cierto es que no se han producido episodios desagradables. Eso sí, ha habido intensos cruces dialécticos, tanto en el debate a cuatro como en el cara a cara. Y tampoco ha habido mensajes despectivos o insultantes en los mítines y apariciones públicas de los candidatos, salvo, claro está, los casos excepcionales protagonizados por Mato, Pizarro, Aguirre o González. De ningún modo se ha trasladado a la sociedad una imagen, ya de por sí desmovilizadora, de políticos peleándose de mala manera.

Conviene, igualmente, subrayar el esfuerzo que han hecho los medios para acercar los discursos en liza. Es su obligación, pero es hora de que se reconozca cómo se han sentido de concernidos con esta cita electoral poniendo en marcha multitud de iniciativas informativas que, sin duda, contribuyen, también, a que esta jornada electoral sea, en efecto, una verdadera fiesta democrática con una sana y vigorosa participación, como debe ser.

Andalucía, territorio decisivo en la política nacional. Y luego está el potencial que constituye Andalucía en el escenario político nacional. Su considerable censo electoral resulta decisivo para configurar mayorías de gobierno en la Moncloa. Ello ha supuesto que los principales líderes se volcaran con su continua presencia aquí en busca del voto necesario. Tal vez por eso, el mismo Zapatero empleó como una de sus principales criticas a Rajoy, el trato dado por los populares a Andalucía cuando gobernaban ellos en el último debate televisivo que mantuvieron ambos.

Lo que hace falta es que, gane quien gane, sigan teniendo en cuenta a este territorio cuando tomen decisiones a la hora de programar inversiones y cuando tomen medidas que redunden en beneficio de una tierra que aspira, más que nunca, a un futuro mejor para todos.

  • 1