Tres responsables de la unidad antidroga (Udyco) de Sevilla quedaron ayer en libertad con cargos, bajo la sospecha de haber sabido que se habían robado 150 kilos de cocaína y heroína de los calabozos de la Jefatura de Policía y no haberlo contado. Por ese robo ya hay tres personas en prisión, una de ellas un policía que trabajó en la propia Udyco.
Los tres responsables policiales son el jefe de esta unidad y los de los grupos II y III, que declararon durante todo el día ante la jueza de Instrucción 19 y han quedado imputados "por presuntamente tener conocimiento sobre los robos de droga antes de que estallara el asunto y no ponerlo en conocimiento de la autoridad policial y judicial", según informó anoche un portavoz del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA). Esta imputación por hechos, y no por delitos, se concretará más adelante ya que por ahora lo ocurrido es "un poco difuso", añadieron las fuentes.
En principio, ocultar la comisión de un robo podría tipificarse como un delito de omisión del deber de impedir un delito o de promover su persecución (artículo 450 del Código Penal), por el que la condena se limitaría a una multa de entre seis y 24 meses; o como un delito de encubrimiento (artículo 451), que sí los enfrentaría a una pena de cárcel, con una horquilla de entre seis y tres años. Lo que sí se precisó es que en ningún caso se les acusa de complicidad ni de otros delitos que supongan un mayor grado de implicación en el robo.
El TSJA detalló que no se han adoptado medidas cautelares contra ellos, ni siquiera la habitual obligación de acudir al juzgado cada cierto tiempo, aunque está por ver la repercusión que tendrá en el ámbito profesional.
Los mandos de la Udyco fueron a declarar "voluntariamente", ya que no fueron detenidos por la unidad de Asuntos Internos que investiga el caso y que les tomó declaración el jueves.
La imputación cogió por sorpresa a la plantilla de la Jefatura, que revivió la inquietud que se extendió cuando se descubrió el robo de los estupefacientes y se apuntó a que habría agentes implicados, ya que pocos policías tienen acceso al depósito de la droga. Muchos se mostraron incrédulos ya que, mientras el ex agente detenido hace un mes como autor material, Lars S.M., había destacado por su desgana en el trabajo, los tres jefes gozan de buena reputación y habían colaborado en la investigación del robo.
En la maratoniana jornada de declaraciones de ayer, la magistrada, Ana Cristina Escribano, tuvo tiempo para interrogarlos con detalle sobre todos los aspectos sospechosos: el jefe de la Udyco declaró unas ocho horas, lo que obligó a hacer un breve receso para almorzar. Concluyó sobre las 23.30 horas. Desde primera hora de la mañana, los dos jefes de grupo habían testificado unas dos horas cada uno.
El robo se descubrió en junio de 2008, pero la Policía estima que se produjo durante varios años. Desde el inicio se sospechó que tenía que haber recibido ayuda desde dentro. En septiembre de este año fueron detenidos un policía de la Udyco que se marchó en excedencia poco antes de conocerse el robo y una pareja de traficantes, que la juez mandó a prisión tras prestar declaración. Fue el enriquecimiento de los compinches del policía lo que ayudó a iniciar el caso, ya que no tenían trabajo conocido pero habían comprado propiedades millonarias. Lars también había prosperado con un negocio de motos y embarcaciones, pero atribuía su patrimonio a su esposa, una abogada que también fue detenida e imputada por blanqueo de capitales y quedó libre al pagar 30.000 euros de fianza.
