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Incautado a esta altura del año más hachís que en todo 2007

Llega el buen tiempo y con él mejores condiciones para el desembarco del hachís procedente del norte de África en el área metropolitana de Sevilla para su distribución en el resto de España y Europa. Desde enero de 2008, en menos de cinco meses, la Guardia Civil lleva requisadas 13,6 toneladas de esta droga, más de lo intervenido en todo 2007. (Foto: EFE).

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Llega el buen tiempo y con él mejores condiciones para el desembarco del hachís procedente del norte de África en el área metropolitana de Sevilla para su distribución en el resto de España y Europa. Desde enero de 2008, en menos de cinco meses, la Guardia Civil lleva requisadas 13,6 toneladas de esta droga, más de lo intervenido en todo 2007.

Esta cifra confirma dos extremos. Primero: pese a las nuevas estratagemas ingeniadas en los modos de operar de estos narcotraficantes, el río Guadalquivir sigue siendo la principal vía de entrada del hachís, al menos al sur de la Península Ibérica y procedente de Marruecos. Y segundo: las estadísticas aumentan cada año, no porque llegue más droga, sino porque ahora se incauta más, según los agentes.

La vigilancia es mayor y, de hecho, en el radio de acción que conforma el río en el área metropolitana, con su epicentro principal en las marismas, los dispositivos de vigilancia son constantes. En los últimos años, además, los medios humanos y materiales destinados a este control, se han visto incrementados, con la creación de grupos especializados como el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de Sevilla que colabora estrechamente con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), también dependiente de la Guardia Civil, los Grupos Especiales de Actividades Subacuáticas (GEAS), las patrullas rurales y las de tráfico e incluso la Agencia Tributaria.

En definitiva, todo un abanico de recursos para luchar contra el narcotráfico que está dando sus frutos principalmente con las grandes operaciones en el entorno de la Gran Sevilla. En 2007 la Guardia Civil intervino 13,2 toneladas de hachís en distintos operativos que se saldaron con la detención de 179 personas (por tráfico de drogas en general, no sólo hachís) y que, además, consiguieron incautar 28 vehículos y una embarcación. Unos datos valorados siempre de forma positiva y que ilustran una labor de vigilancia constante que en lo que va de año, desde el 1 de enero hasta el 2 de mayo, da como resultado la aprehensión de 13,6 toneladas de hachís, el arresto de 80 personas y la intervención de 13 vehículos y siete embarcaciones.

El balance es optimista y anima a las fuerzas de seguridad a seguir cercando a estas mafias. Las cifras de 2008 casi triplican, las del mismo periodo del año pasado, cuando el primer trimestre terminó con 3,2 toneladas de hachís aprehendidas, 45 arrestados y 13 vehículos empleados en el transporte de la droga.

De los detalles de estas operaciones se extrae la conclusión de que las mayores cantidades del hachís decomisado se localizan en torno al río, procedente de la costa de Cádiz. Se emplean distintos tipos de embarcaciones para hacer llegar la droga hasta el territorio. Junto a las lanchas y planeadoras utilizadas hace unos años para transportar de la forma más rápida los fardos por el cauce, se emplean actualmente otro tipo de embarcaciones que puedan pasar más desapercibidas y que no levanten las sospechas de los agentes. Por eso, en las operaciones más recientes las embarcaciones apresadas responden más a la tipología de barcos de recreo o incluso de transporte comercial, como pesqueros, veleros, anguleros o catamaranes. Eso sí, siempre provistas de potentes motores por si hay que emprender la huida.

Un antes y un después en esta lucha contra el narcotráfico lo marcó la puesta en marcha del Servicio Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) ya instalado en todo el litoral de Andalucía. Pese a que nació con el objetivo de detectar pateras, pronto se vio el beneficio también de su capacidad para localizar embarcaciones cargadas de droga y es fundamental junto a la labor que lleva a cabo el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA).

Pese al reforzamiento de las medidas, a día de hoy algunos traficantes de droga todavía consiguen esquivar estos frentes y llegar con su fardos hasta Sevilla, donde las incautaciones se centran en el área metropolitana, fundamentalmente en las marismas. Este espacio, en torno al Parque Natural de Doñana, con su especial fisonomía llena de canales y recovecos, es ideal para ser utilizado por las mafias para el desembarco. De todas maneras, pese a que cuentan con la naturaleza como aliada en este tramo, la Benemérita reforzó de manera importante el control del lugar, una vigilancia que se extiende a las carreteras y caminos, así como a naves y polígonos empleados en buena medida como almacenes para ocultar de forma rápida la droga nada más desembarcarla.

De este modo, en poblaciones del Aljarafe se encontraron recientemente hasta zulos para esconder la droga, pero también en Dos Hermanas y en otros municipios del área metropolitana. El puerto de Gelves también fue escenario recientemente de estos episodios, que tienen como protagonistas a delincuentes nacionales pero también de origen extranjero, que van desbancando a los clanes familiares.

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