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'Indiana Jones'

Después de casi 20 años vuelve el hombre del sombrero de fieltro y el látigo. A menos de una semana del estreno mundial de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, es reconfortante que un icono popular se incorpore sin muchos prejuicios a nuestras referencias culturales.

el 15 sep 2009 / 04:59 h.

Después de casi 20 años vuelve el hombre del sombrero de fieltro y el látigo. A menos de una semana del estreno mundial de Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal, es reconfortante que un icono popular se incorpore sin muchos prejuicios a nuestras referencias culturales. Porque, ¿quién no está ansioso por zambullirse en la sala negra y dejarse arrastrar por las peripecias de "Indi"?

Todo está en la forma y en el fondo, cuando una cosa y la otra no son relativamente lo mismo. No puedo compartir la opinión de Vila-Matas en la pasada Feria del Libro acerca de la primacía del estilo sobre el argumento en las novelas. En la saga de "Indi", el éxito de la obra estriba en el hallazgo de un personaje carismático al que acompañan unos secundarios modélicos, en la permanente y siempre tirante historia de amor, en un trasfondo histórico con no menos gancho, en unas aventuras mil veces memorables y salpicadas con sus buenas dosis de humor, y, por descontado, en una mano maestra (la de Spielberg) que mueve con soltura un presupuesto de megaproducción. Y eso que los tiempos no están para dispendios, por eso el propio Lucas, Spielberg o Harrison Ford han renunciado a su porcentaje de taquilla hasta tanto los productores no amorticen lo invertido?

Es fácil hablar a toro pasado de los ingredientes de un éxito. Pasa con los libros, pasa con la música, pasa con el cine, hasta con la moda. La prueba es que las dificultades para dar con un buen macguffin (para Hitchcock, el macguffin era el pretexto, el objeto material codiciado que se persigue a lo largo y ancho de la película) y con un guión a la altura de las expectativas ha colmado la paciencia y la impaciencia de los fans de la saga. Pero ha llegado el momento, y lo celebramos. Pese a Hollywood, y pese al reino de la puerilidad, amamos a Indiana Jones porque amamos los sueños y las fábricas de sueños, y porque, como ya los médicos se han hartado de decir, el hombre no sobreviviría si no soñase diariamente. Y es que la vida, por mucho que digamos, deja tanto que desear?

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