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Ingenieros resiste la caída de alumnos

La Escuela de Sevilla cubren sus 900 plazas de nuevo ingreso y saca al mercado 500 ingenieros todos los años

el 02 ago 2014 / 23:00 h.

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El vicerrector de la Politécnica de Madrid, José Luis García Grinda, ha hecho un vaticinio nada halagüeño para la profesión: en la próxima década, España tendrá que importar ingenieros ante la falta de vocaciones. Este vaticinio no es fruto de una intuición. Se fundamenta en un dato: la demanda de los estudios de Ingeniería ha caído un 23,3 por ciento en la última década. Ante esta «cuestión deEstado», en palabras de García Guinda, las Politécnicas de Madrid y Valencia, en colaboración con la Real Academia de Ingeniería, van a emprender una campaña con la que conseguir que los estudiantes de Secundaría «pierdan el miedo a la Tecnología y las Matemáticas». En la misma semana que la Politécnica de Madrid hacía este aviso, las estadísticas del Ministerio de Educación desvelan que en los dos últimos años la Universidad española ha perdido 45.000 alumnos. ingenierosEn la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de la Universidad de Sevilla cruzan los dedos porque consiguen resistir ante la caída de alumnos. Su director, José Luis Martínez Ramos, desgrana los datos que avalarían esta afirmación. «Todos los años ofrecemos 900 plazas en primero de los grados y todas esas plazas se cubren». Lo que sí es cierto es que han tenido que ir haciendo ajustes en su oferta académica, sobre todo en Telecomunicaciones e Ingeniería Civil. En esta segunda, el desplome de la obra civil como consecuencia de la crisis económica ha desinflado las expectativas de otros años. «La media no llega a dos demandantes por cada plaza», reconoce Martínez, que se muestra más preocupado con el caso de Telecomunicaciones, un sector donde «sigue habiendo ofertas de empleo» pero en el que hubo años en que sobraron plazas, situación que se corrigió reduciendo la demanda. Se ofertan 160. Los dos grados más potentes de la Escuela de Ingenieros siguen siendo Aeronáutica, con una nota de corte que supera con creces el 12, e Ingeniería Industrial, el santo y seña de la Escuela de la Universidad de Sevilla. En el caso de Aeronáutica, las plazas de las que se dispone suman 130, para las que hay cuatro demandantes por cada una de ellas. Para Industriales, la oferta llega a 260 plazas. La nota de corte en el curso 2013/2014 se quedó por encima del 10. El catálogo de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería lo completan Ingeniería de Energía, en Electrónica, Robótica y Mecatrónica y en Organización Industrial, todas ellas con 65 plazas en primero de grado. Con una demanda más reducida, también está Ingeniería Química, que se imparte desde hace 15 años y donde se ofertan 70 plazas, con una nota de corte por encima de 8. El director José Luis Martínez Ramos tiene su propio análisis sobre la situación: «Las escuelas pequeñas son las que están sintiendo más la bajada de alumnos. De nuestra Escuela salen todos los años 500 ingenieros, y en toda Andalucía, alrededor del millar. En la comunidad no hay tejido industrial para absorber esta cantidad de ingenieros, por lo que acaban colocándose en Francia y Alemania, fundamentalmente. En Andalucía posiblemente sobren escuelas de Ingeniería. Es muy probable que tengan que cerrar. Nosotros [por la Escuela de la Universidad de Sevilla] lo tenemos mejor porque contamos con una tradición y un nombre». Siendo consciente de que su discurso levanta ampollas (que le pregunten al consejero de Economía, Innovación, Ciencia y Empleo, en la que está incardinada la política universitaria, que tuvo que aclarar unas declaraciones suyas en las abogaba por el cierre de facultades con poca demanda), José Luis Martínez ahonda en su reflexión: «Es muy costoso mantener una escuela con 30 alumnos. Sale más barato pagarles becas a los alumnos y que estudien fuera de su ciudad». En la Escuela han notado quizás con más intensidad el efecto del RealDecreto de Educación a partir del cual se empezaron a penalizar las segundas, terceras y cuartas matrículas. «El estudiante se matricula de 60 créditos pero incluidas las pendientes de años anteriores. Mide mucho más lo que hace», apunta José Luis. Pero pese a todo, la Escuela no ha conseguido reducir la media de años en la que un estudiante termina la carrera. Sigue estando en siete u ocho años. «Hacemos todos los esfuerzos pero hay una serie de condicionantes, como las Erasmus y las prácticas, que hacen que el estudiante ralentice su salida».

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