Inglaterra se ha puesto a la cabeza en castigos a las infracciones de tráfico con una reforma de su Código Penal, como ya ha ocurrido en España.
Desde multas de 3.500 euros por salpicar a los peatones y dos años de cárcel por utilizar el móvil mientras se conduce hasta cadena perpetua para casos de accidentes con víctimas mortales son algunos de los nuevos castigos para los conductores irresponsables. El país anglosajón ha establecido que la conducción temeraria que provoque un accidente de tráfico con resultado de muerte de terceros, será considerada como un asesinato y, si el acusado es hallado culpable, podrá ser condenado a cadena perpetua.
También han establecido duras condenas para otras conductas relativamente habituales. Los participantes en carreras ilegales o quienes se piquen con otros conductores y conduzcan de forma temeraria, tanto en ciudad como en carretera, podrán ser condenados a penas de hasta dos años de cárcel. También dos años podrán recaer sobre quien consulte un mapa o lea un periódico mientras va circulando en su vehículo.
Otra de las conductas que podrá ser penada hasta con dos años de prisión, es efectuar cambios bruscos de carril sin señalar previamente la maniobra, creando así situaciones de peligro para el resto de conductores. En el reglamento español no se contempla la pérdida de puntos por efectuar maniobras sin intermitente.
En esta reforma se incluyen castigos a actividades como distraerse sintonizando la radio, no prestar atención a la carretera por estar programando el navegador o despistarse unos segundos para encender un cigarrillo.
Los chóferes de autobús también salen malparados con los nuevos delitos. Pagarán 3.500 euros y tendrán que prestar servicios a la comunidad si su conducción crea alarma entre sus pasajeros. En este caso, se trata de "conducción desconsiderada". Estas mismas sanciones les serán aplicadas a quienes mantengan encendidas las luces largas, a pesar de que éstas resulten visiblemente molestas para otros conductores.
