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Ingresa en prisión la acusada del triple infanticidio de Valladolid tras recibir el alta hospitalaria

el 26 ago 2011 / 17:25 h.

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Gabriela L.B, presunta autora de la muerte de tres menores  discapacitados registrada el 15 de agosto en un centro de acogida que  la ONG Mensajeros de la Paz gestiona en el término vallisoletano de  Boecillo, permanece ingresada en el Centro Penitenciario de  Valladolid desde las 11.30 horas, después de que recibiera la  correspondiente alta hospitalaria, según informaron a Europa Press  fuentes de la investigación.

La mujer, de 55 años y origen uruguayo, permanecía ingresada desde  el lunes 15 de agosto en el Módulo Penitenciario del Hospital Clínico  Universitario de Valladolid, donde se recuperaba de las lesiones que  ella mismo se autoinfligió con un cutter en las muñecas y los pies y,  además, se hallaba bajo custodia ante el temor a que pudiera volver a  intentar quitarse la vida.  

Pese a que al día siguiente de su detención el juzgado ya había  decretado para ella prisión provisional comunicada y si fianza como  autora de tres delitos de homicidio, su encarcelamiento estaba a  expensas únicamente del alta hospitalaria, requisito que finalmente  se ha dado a primera hora de esta mañana.

Por otro lado, y cuando todavía son una incógnita los motivos que  llevaron a Graciela L.B. a acabar con la vida de los tres menores, a  los que asfixió con papel film de cocina, ya que tanto a preguntas de  la Guardia Civil como del juez asegura no recordar nada y que su  único propósito era el de quitarse la vida, lo que sí ya ha acordado  la titular del Juzgado de Instrucción 6, encargada del caso, es  denegar a Mensajeros de la Paz la personación en la causa como  acusación particular por si de su actuación en los hechos pudiera  derivarse algún tipo de responsabilidad civil subsidiaria.

Además, en el mismo auto, al que tuvo acceso Europa Press, la juez  ha aceptado la personación de la Junta como parte "ofendida", no  perjudicada--no puede reclamar indemnizaciones--, en tanto en cuanto  era la que ostentaba la tutela de los menores y había encomendado el  cuidado de los mismos a la referida ONG.   

"CRONICA DE UNAS MUERTES ANUNCIADAS"

Por su parte, la Federación de Trabajadores de la Enseñanza de UGT  en Valladolid ha aprovechado la tragedia para asegurar que ésta era  la "crónica de unas muertes anunciadas", lo que obliga a reflexionar  sobre la precaria situación de los trabajadores del sector de la  discapacidad.

En este sentido, el sindicato, a través de un comunicado recogido  por Europa Press, ha criticado a la Junta por el trato que viene  otorgando a los trabajadores del sector privado de la discapacidad,  "ignorando sus reivindicaciones y manteniéndolos en unas condiciones  salariales vergonzosas, lo que implica la baja valoración que  atribuye al trabajo, tan necesario como admirable, de estos  profesionales".

Así, UGT entiende que la Junta, como entidad encargada de la  tutela de estos niños, debería de exigir a todas las empresas que  ofrecen servicios sociosanitarios a personas con discapacidad que  faciliten los medios para que se cumpla la Ley.  

Considera además que es deber del empresario y de las  administraciones públicas la protección de los trabajadores frente a  los riesgos laborales de los empleados a su cargo, así como el  cumplimiento de la legislación vigente en cuanto a la titulación de  los empleados y a las limitaciones de la jornada de trabajo "para  detectar situaciones potencialmente peligrosas y evitar suceso como  estos que todos lamentamos".

Tal petición se produce después de la carta anónima hecha pública  por antiguas compañeras de la detenida en la que además de asegurar  que Graciela realizaba una jornada continua de 40 horas de sábado a  lunes, sostienen que carecía de la titulación necesaria y, además, se  hallaba aquejada de una profunda depresión que era conocida por todas  e incluso por sus superiores, pese a lo cual nada se hizo debido a  que la presunta homicida era la madre de la coordinadora regional de  la ONG.   


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