La Audiencia Nacional confirmó ayer la orden de prisión para el prófugo Luis Enrique Sanfelice, detenido en Sevilla la semana pasada tras dos años en busca y captura por huir de una prisión brasileña en la que cumplía condena por quemar viva a su mujer. El juez Ismael Moreno ratificó ayer la decisión de que permanezca encarcelado en la prisión madrileña de Soto del Real, y dio inicio a un proceso que puede tardar hasta dos años en resolverse.
Sanfelice escapó del país cuando cumplía 19 años y tres meses de prisión en Brasil tras ser condenado por la muerte de su esposa, a la que prendió fuego dentro de su coche en junio de 2004 en Nuevo Hamburgo, en la provincia brasileña de Río Grande del Sur, precisamente el Día de los Enamorados, que se celebra en Brasil el 12 de junio. Tenían un hijo en común. Su cuerpo fue encontrado al día siguiente atrapado en el Renault Megane con el cinturón de seguridad y completamente calcinado.
El caso conmocionó al país porque la víctima, Beatriz Helena de Oliveira, era una conocida periodista brasileña, y también porque Sanfelice aseguró que su esposa había desaparecido y, tras ser hallado el cuerpo, protagonizó dramáticas escenas de dolor en su funeral e incluso lideró una manifestación en la que exigía que el caso se aclarase y que se hallase a los culpables.
Pero una semana después del crimen la Policía lo arrestó como autor de su muerte, y en 2006 fue condenado por su muerte, debida según la sentencia a las diferencias que mantenían después de que se hubieran separado y ambos hubiesen iniciado nuevas relaciones sentimentales.
En 2008, tras cumplir una sexta parte de la condena, Sanfelice fue trasladado a un centro semiabierto en el que sólo pasaba las noches, pudiendo trabajar durante el día. Sin embargo, cuando un juez decidió revocar este régimen y volver a enviarlo a prisión cerrada, el condenado no regresó al centro de internamiento y voló hasta España. Tiene doble nacionalidad porque su madre era española, y se sacó el DNI en Burgos.
Quiere quedarse. Desde entonces, pese a que la Interpol había cursado orden de búsqueda contra él, Sanfelice vivió en España con su propia identidad. El martes pasado fue arrestado a las puertas de su casa, en la calle Sierra de Baza de la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación, y trasladado al día siguiente a Madrid, ya que la Audiencia Nacional es la competente en casos de extradición. En la vista judicial celebrada ayer por la mañana, su abogado reclamó que se le permita cumplir el resto de la condena en España en vez de regresar a Brasil, según publicó ayer el diario brasileño Zero Hora de Porto Alegre, que detalló que Sanfelice compareció ante el juez "abatido y esposado".
El prófugo más buscado de la provincia de Río Grande del Sur había estado viviendo en Bollullos en un adosado de dos plantas situado en una calle extremadamente tranquila, al final de una urbanización de reciente construcción, con apenas vecinos, y que linda con una parcela llena de maleza y una zona industrial abandonada, según pudo comprobar El Correo. Ningún vecino parecía conocerlo, aunque no se escondía de la administración: llegó a pedir ayudas públicas para un curso de formación profesional, cuya tramitación se publicó en el Boletín Oficial de la Junta.
Según la información recabada por el diario brasileño, Sanfelice pagaba un alquiler de 600 euros y lo compartía con su actual mujer y un hijo de cinco años fruto de esta relación, cuya situación legal en España se está investigando. Según fuentes policiales, fue la entrada en España de esta mujer y del crío la que puso a la Policía sobre la pista de que Sanfelice podía estar en el país.
