No hay derecho. No se puede consentir que cuando más izquierdista estaba siendo el discurso del coordinador de IU, Diego Valderas, resulta que sus correligionarios en su propio pueblo natal, Bollullos Par del Condado (Huelva), se alían con el PP para desbancar al alcalde socialista de esta localidad, Carlos Sánchez, presentando una moción de censura.
¡Qué injusticia! Precisamente ahora que estaba arreciando, más que nunca, sus ataques contra Chaves al que, incluso, ha llegado a llamarle "capo" y otras lindezas. Y no sólo eso, dicha moción le sitúa en peor situación si cabe, ya que había sido él, precisamente él, quien días atrás se atrevía a acusar, maliciosamente, a los socialistas de "hacer manitas" y "darse besitos" con los del PP.
Una grave y aguda observación que realizaba el político onubense tras quejarse, amargamente, al quedar marginados por el PSOE de las negociaciones que viene manteniendo con los populares para alcanzar un acuerdo en relación a la RTVA o la financiación autonómica.
Aquí detectaba nuestro hombre un claro giro a la derecha de los socialistas, lo que le dejaba así, por cierto, paso libre a IU para hacerse con todo el espacio de las izquierdas en Andalucía. Y en esas estábamos cuando van los suyos y se las entienden con la derecha de toda la vida de su propio pueblo. ¡Qué trago más duro!
Lamentablemente no se ha podido evitar el pacto con el PP .
Lamentablemente, la dirección de IU no ha podido frenar tan embarazoso pacto por lo que, si nadie lo remedia, en los próximos días, Bollullos tendrá un nuevo paisaje político, con unos gobernantes, de izquierdas y de derechas, en efecto, dándose "la manita" y hasta "besitos", con tal de desalojar a los socialistas del poder.
Los responsables provinciales y regionales de la federación ya han desautorizado esta operación que parece diseñada al milímetro por los enemigos internos del mismo Valderas para ponerle así en un serio aprieto ante sus más próximos.
No obstante, todavía queda la posibilidad de que, con la autoridad moral que le caracteriza, el propio coordinador general dé un golpe en la mesa y se imponga para que se abra paso la racionalidad y el sentido común en el ayuntamiento de su terruño. Y si no es así, no va tener más remedio que aplicar el frío y duro reglamento contra sus propios compañeros, a los que se verá forzado a expulsar de IU.
Está por ver la suerte que correrán los ediles díscolos .
Hay que dar por supuesto que en IU se actuará con rigor, como viene siendo habitual en estos casos, de tal modo que aquellos que ponen en cuestión la nítida y clara trayectoria de izquierdas de esta organización no deberán tener más destino que la calle.
Otra cosa es la consabida lentitud de la burocracia, que como ocurre en todos los órdenes de la vida, puede impedir que estas medidas de higiene política se puedan aplicar con rapidez. Y para colmo, Chaves, en uno de sus característicos lapsus en el Parlamento, al dirigirse a Valderas, le llama Arenas. Cada vez está más claro. Hay una clara estrategia contra él para desacreditarle, una campaña orquestada, en fin, contra las esencias izquierdistas de IU.
