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Insur se presta a dar salida a suelos y pisos de la banca

El grupo Inmobiliaria del Sur realiza con el Sabadell una operación de permuta en Dos Hermanas y negocia "muchas más".

el 05 may 2012 / 19:38 h.

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Ricardo Pumar, presidente de Insur, ayer en la Junta de Accionistas en el hotel Meliá Lebreros.

"La banca necesita operadores inmobiliarios profesionales, con experiencia y solventes para dar salida al stock de suelo y viviendas que constituyen un riesgo en sus balances. E Inmobiliaria del Sur es precisamente uno de esos operadores que necesita la banca en España". Quien habla es Ricardo Pumar, el presidente de esta compañía (Grupo Insur), en su Junta de Accionistas celebrada ayer en Sevilla capital.

A las entidades financieras les sobra el ladrillo, asumido por ejecución de impagos de préstamos y fallidas promociones, y, ante las provisiones adicionales (reservas) exigidas por Gobierno y Banco de España para cubrir los riesgos de semejante exceso, no tendrán más remedio que acelerar su venta. En el otro extremo del negocio están las empresas inmobiliarias, faltas de actividad. Juntemos ambas necesidades y búsquense ámbitos de colaboración. Tú, banco, me das suelo y financiación; yo, inmobiliaria, te construyo y comercializo pisos a cuyos compradores tú les facilitas los préstamos y el precio final es equivalente al valor del suelo aportado.

Bajo esta filosofía, Insur ha cerrado su primera operación en la localidad de Dos Hermanas de la mano de Banco Sabadell a través de una filial inmobiliaria de éste -en concreto, Solvia-. Aquella fórmula de permuta va a permitir la construcción de 87 viviendas. Pero es sólo una posibilidad "entre un amplio abanico de colaboraciones a analizar", explicó Pumar. "Y estamos estudiando muchas y con muchas entidades", apuntó el presidente de Insur.

La inmobiliaria sevillana presumió ayer de fortaleza ante los accionistas. Sus directivos dijeron que, a pesar de que esta larga crisis económica les pone todo en su contra -"fuerte reducción de las ventas de viviendas, ajuste de precios y restricción crediticia"-, los resultados de la compañía fueron "satisfactorios" en 2011. Ganó dinero, repartió dividendos, continuó y continuará construyendo y redujo su endeudamiento.
Ahí van los números. El grupo registró 42,96 millones de euros (-30%) como cifra de negocio, su beneficio neto ascendió a 4,36 millones (-43%), la retribución para los accionistas -aprobada ayer en la Junta- con cargo al ejercicio se fija en 0,14 euros por cada título (-30%) y la deuda disminuyó un 9%, a 194,02 millones.

Pumar anunció que en las próximas semanas concluirán las negociaciones con la banca para cerrar la reestructuración de su endeudamiento. En concreto, la idea inicial consiste en transformar la deuda financiera a corto y medio plazo en deuda a muy largo plazo -entre 15 y 21 años-, quedando hipotecada la mitad del patrimonio y libre de cualquier carga la otra mitad. Objetivo: 103 millones de euros. ¿Qué se consigue? Primero, menguar los vencimientos inmediatos (es decir, paga menos). Y segundo, se refuerza la liquidez para acometer más proyectos.

La rapidez con que se está ejecutando la reestructuración de la deuda, con nueve de los diez bancos ya sumados al plan, es, según el directivo, una prueba clara de que las entidades mantienen "su confianza en la compañía". El director general, Francisco Pumar, apuntó que el nuevo esquema de deuda disipa cualquier riesgo de futuro y permitirá aprovechar las oportunidades de negocio.

En la actualidad, Insur posee promociones de pisos y edificios de oficinas en Dos Hermanas, Tomares y Sevilla capital, así como en las provincias de Málaga y Córdoba, y ha entregado su primera construcción en Madrid.

La negra bolsa y el inversor de Santa Mónica

Insur cifra en 603,27 millones de euros el valor de mercado que tenían todos sus activos inmobiliarios a cierre de 2011. Sin embargo, la capitalización bursátil es muy inferior y, según los directivos, ni se corresponde con el valor de la compañía sevillana ni con la "satisfactoria" evolución que presentan tanto su actividad como los resultados económicos.

Es más, los 98,27 millones de euros de capitalización o precio de todas sus acciones en la bolsa española se quedaba muy lejos del valor contable (en libros, distinto al de mercado) de sus activos a 31 de diciembre pasado: 334,85 millones. Y, por supuesto, nada que ver con las desorbitadas cifras bursátiles alcanzadas en épocas de la burbuja inmobiliaria -hasta 1.500 millones de euros a comienzos de 2007-.

El pinchazo que sufrió y sufre el ladrillo y el continuo descalabro que padece la bolsa por la crisis económica y de deuda han hecho que esa capitalización se haya derrumbado. No obstante, la inmobiliaria andaluza presume de una cartera de accionistas muy fiel, compuesta en su mayoría por familias sevillanas vinculadas a tradicionales grupos empresariales y a la agricultura.

No obstante, la anécdota de la Junta de Accionistas de ayer la protagonizó un inversor de tierras de ultramar. Nada más y nada menos que domiciliado en Santa Mónica, EEUU. Al no poder asistir a la reunión en Sevilla, delegó el voto en Ricardo Pumar: lo que diga éste en todos los puntos del orden del día (once), salvo en uno de ellos, el que hace referencia a la compra de acciones propias por parte del grupo. En años pasados, era otro extranjero quien ponía la nota de color.

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