Deportes

Intensidad bajo cero

Esquemas, tácticas y estrategias pierden cualquier sentido cuando un equipo, como ayer el Sevilla en París, se aplica con tanta permisividad con el rival.

el 02 dic 2010 / 23:38 h.

No hay táctica que aguante tamaña falta de agresividad defensiva, una negligencia que no puede adjudicarse en exclusiva al cuarteto de retaguardia, ni siquiera a la pareja de medios centro. Qué más hubiese querido Gregorio Manzano, porque acotando así el problema hubiese podido aplicar solución cambiando fichas. Pero no, fue una actitud elegida por todo el colectivo sevillista para mayor gloria del Paris Saint Germain, que pocas veces en esta temporada se habrá sentido tan cómodo en un terreno de juego como ayer en la gélida tarde-noche del Parque de los Príncipes. La disposición es lo de menos o está de más cuando la intensidad está bajo cero. La vulnerabilidad nervionense se hizo patente en cada ataque parisino, una laxitud de espíritu que dio permisividad incluso a las payasadas de Edel cada vez que le llegaba el balón, lanzándose patéticamente al suelo para cobrarse así una revancha estúpida por aquella impugnación del partido del Pizjuán sobre la base de su sospechoso pasaporte. Un buen ataque como el que practicaron Kanouté y sus asistentes Capel y Perotti puede ganar un partido. Una buena defensa es la base para ganar campeonatos; una pésima no sólo arruina partidos como fue el caso, puede convertir en ruinas una temporada. El Sevilla se ganó a pulso tener un margen mínimo de error.

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