La frontera de Portugal con Andalucía es una línea blindada por las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado desde hace un año, con el fin de evitar toda movilidad de miembros de la banda terrorista ETA. Según confirmó ayer el jefe superior de Policía de Andalucía Occidental, Enrique Álvarez Riestra, desde marzo del año pasado se dispone de un servicio "permanente" y "reforzado" en todos los lugares de la frontera, para tener "controlado" cualquier sitio del país vecino en el que se pueda acceder a España. En declaraciones a la Cadena SER, Riestra detalló que de esta vigilancia se encargan funcionarios de los servicios de Información y Extranjería, "que vienen haciendo un servicio de control casi como si fuera una frontera cerrada".
La estrategia desvelada por Riestra demuestra que el país vecino no es un escenario nuevo en la lucha contra el terrorismo, sino una variante al refugio francés que se sigue de cerca, como ha demostrado el golpe conjunto de las policías española y lusa del pasado fin de semana, cuando se descubrió un refugio en Obidos en el que los etarras guardaban planos de Cádiz y San Fernando, así como horarios de autobuses que recalaban en dichas localidades, junto a 1.500 kilos de material explosivo. El delegado del Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, confirmó que "existen datos" que hacen pensar que la intención de los terroristas era la de atentar en la provincia gaditana coincidiendo con los actos del Bicentenario. También el ministro del Interior y diputado por Cádiz, Alfredo Pérez Rubalcaba, indicó que los etarras querían "hacer algo" en suelo gaditano, aunque la Guardia Civil aún analiza la documentación hallada en Portugal para conocer la naturaleza de la actuación que estaban planeando. Por el momento no se ha detectado infraestructura ni estable ni itinerante de la banda en la comunidad.
