En una época como ésta en la que tantas personas usan internet para reservar vuelos aéreos o entradas de cine o simplemente para hacer la compra del mes en el hipermercado parece hasta arcaico el modo en el que los ciudadanos tienen que resolver sus gestiones con la Administración: haciendo cola durante horas al más puro estilo del Vuelva usted mañana de Larra. La Junta de Andalucía presentó ayer un plan de aplicaciones tecnológicas que intenta borrar esta imagen tan perniciosa gracias a un objetivo tan ambicioso como posible de conseguir: en un año, los andaluces podrán consultar por internet el estado de tramitación de todos los expedientes que tengan abiertos en la Administración autonómica, ya sea el expediente de la matrícula del colegio de los niños, una licencia o una cita en un centro de salud. La propuesta se complementa con otras dos medidas: la simplificación de los procesos administrativos de la Junta y el desarrollo de una herramienta tecnológica, llamada Lextramita, que reducirá los plazos de tramitación de la normativa en una media de 40 días. Con este proyecto la Junta da un salto de calidad en la implantación de la administración electrónica, un proceso casi inevitable en una sociedad que ha incorporado las herramientas tecnológicas en su rutina diaria. No hay que hacer un gran ejercicio mental para descubrir sus virtudes: ahorra tiempo y molestias a los ciudadanos, alivia los cuellos de botella de los departamentos administrativos y desatasca el laberinto burocrático al que se ven sometidos numerosos proyectos empresariales. La Junta calcula que en un año el sistema se habrá extendido por completo y que, en esa fecha, se podrán realizar hasta 1.200 gestiones distintas y relacionadas con organismos públicos andaluces. Será en ese momento cuando se pueda evaluar las ventajas y dificultades de un programa que puede transformar para bien la relación de los ciudadanos con su Administración más cercana.