El joven palaciego Miguel Ángel Carmona, de 27 años, de la saga de los Distinguido que ha dado en el pueblo cantaores, guitarristas y reposteros de lujo, ha ganado con su último corto el premio de la X edición del Certamen de Cortometrajes Andaluces de la muestra Málaga Cinema 2011, celebrada la semana pasada. Los 6.000 euros del galardón en la categoría de ficción catapultan al palaciego al séptimo arte de la mano de otro paisano: el artista Álvaro Begines, con quien colabora estrechamente.
El corto, no tan breve, pues dura 15 minutos, cuenta con poco presupuesto pero con resultados magníficos, a la luz del premio; y actores consagrados, como Alberto Amarilla, nominado a un Goya por su papel protagonista en El camino de los ingleses, de Antonio Banderas; y Carlos Álvarez-Nóvoa, inolvidable desde su papel en Solas, de Benito Zambrano, por cuyo trabajo logró el Goya al mejor actor revelación.
Ninguno de los dos cobra en el corto de Miguel Ángel, pues es regla no escrita en el gremio apoyar a los jóvenes que empiezan. "Les mandé el guión, les gustó y punto", cuenta el palaciego, que hizo lo propio con otros rostros conocidos como Álex O'Dogherty (Camera Café) en su primer corto, Horóscopo, cuya grabación se hizo en un piso de Begines en Los Palacios. Aquel corto recibió más de 20 premios y fue seleccionado en unos cien festivales.
El ex de No me pises que llevo chanclas firma ahora el guión con Miguel Ángel, al igual que este colabora con Begines en otros proyectos como la inminente película Un mundo cuadrado, basada en el atosigante atmósfera de un poblado de colonización en plena marisma del Guadalquivir. También fue guionista de ¿Por qué se frotan las patitas?, la ópera prima de Begines como director.
70m2 es un corto de creciente intriga y cuya trama dramática alcanza el cenit con una desconocida que se suicida por amor en su salón mientras el protagonista intenta escapar de esa casa para no ser sospechoso. "Es un intento de contar una historia de amor con algo de suspense que tiene algún momento asfixiante, una dosis de melodrama y que pretende hacer sonreír alguna que otra vez", explica Carmona.
El corto, plagado de figurantes palaciegos, fue grabado durante cuatro días íntegramente en la capital, y presentado en 2010 en el Festival de Cine de Sevilla, aunque sin concursar.
