Cultura

Inversión cultural

No deja de ser loable que como hacían las grandes familias aristocráticas en el pasado con músicos como los que se invocaron anoche, hoy sean las fundaciones culturales del mundo de las finanzas las que apoyen las iniciativas como la iniciada por la Escuela Superior de Música Reina Sofía.

el 11 nov 2009 / 07:41 h.

Fundación Banesto [***

Teatro Maestranza. Martes 10 de noviembre de 2009. Camerata del Instituto Internacional de Música de Cámara de Madrid. Director: Hansjörg Schellenberg. Soprano: Laia Falcón. Programa: Haydn: Sinfonía nº13 y Cantata de Berenice. Mozart: Gran Partita K.361

 

No deja de ser loable que, como hacían las grandes familias aristocráticas en el pasado con músicos como los que se invocaron anoche, hoy sean las fundaciones culturales del mundo de las finanzas las que apoyen iniciativas como la iniciada por la Escuela Superior de Música Reina Sofía. De ahí ha surgido esta orquesta de cámara integrada por jóvenes estudiantes que deleitó a un público de excepción, respetuoso y elegante en su atuendo.

 

Treinta años separan la Sinfonía n. 13 de Haydn de su Scena de Berenice. De la primera, la formación ofreció una versión demasiado suave y algo flácida, beneficiada, eso sí, de la espléndida acústica del Maestranza. La dirección del jefe del departamento de vientos propició que el espectacular uso que de los timbales permite su Menuetto pasara desapercibido. Natalia Díaz se lució en el Adagio con su elegante fraseo al violonchelo, mientras Laia Falcón, con su voz pequeña pero muy bien proyectada, moduló una cantata de extraordinaria flexibilidad y equilibrada emotividad. Bien ensamblado el conjunto de metales y maderas tanto en la Gran Partita como en la propina (Romanza) de Mozart.

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