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Irak recupera el ocio

Los restaurantes y los cafés de Bagdad han recuperado su antigua vida, a pesar de la violencia, los puestos de control y los muros de hormigón que separan entre sí los barrios de la ciudad, donde la vida continúa.

el 16 sep 2009 / 02:15 h.

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Los restaurantes y los cafés de Bagdad han recuperado su antigua vida, a pesar de la violencia, los puestos de control y los muros de hormigón que separan entre sí los barrios de la ciudad, donde la vida continúa.

Al dar una vuelta por las calles principales de la capital, uno se da cuenta de que los lugares de ocio están cada vez más llenos. "Muchas familias salen de sus casas para ir a comer a un restaurante o juntarse en un café, y por eso trabajamos para organizar el tráfico y facilitarles la vida. El tráfico no impide a los ciudadanos salir de sus hogares para respirar el aire y llevar a los niños a los parques", dijo a Efe el agente de tráfico Mahdi Ismail.

La violencia tampoco impidió a los habitantes de Bagdad, descrita en el pasado como la ciudad que nunca duerme, recuperar los viejos tiempos de actividad y diversión. Según las últimas cifras ofrecidas por el Ministerio del Interior iraquí, Bagdad y la provincia de Diyala, fueron testigo el mes pasado de un importante aumento de la violencia, que segó la vida de 680 personas en una serie de ataques. Estos atentados muestran que la seguridad todavía es frágil y que Irak "va muy lento hacia la apertura democrática, política y económica", señaló a Efe el escritor y analista político iraquí Hasan Abdulá. "Pero se ve la luz al final del túnel, porque los iraquíes han empezado a recuperar su unidad social después de la violencia sectaria que ha sembrado la división entre ellos", añadió Abdulá.

Una muestra de la mejoría de las relaciones sociales es que la actividad ha vuelto a los lugares de recreo, a los que acuden familias y grupos de amigos. Shihab Selim, dueño de un prestigioso restaurante aseguró que no paran de recibir clientes y explicó que "las familias vienen frecuentemente al jardín del restaurante, y por eso voy a ampliar el local y abrirlo hasta muy tarde por la noche". Según Selim, los iraquíes "tienen muchas ganas de salir de sus casas, donde han estado encerrados durante años por los ataques", ahora las calles parecen más bonitas con sus restaurantes llenos y cafés animados, añadió.

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