Irán ejecutó ayer a 30 presos condenados a muerte por tráfico de drogas, asesinatos, violación y robo a mano armada. Se trata del segundo país, tras China, en aplicar la pena capital, según Amnistía Internacional. Prueba de ello es que en lo que va de año las autoridades cifran en un centenar el número de ahorcados.
"Hasta 30 traficantes de droga y conocidos bandidos han sido colgados en la prisión de Evin al amanecer del domingo", informó la televisión estatal, encargada de difundir las condenas de muerte aprobadas por el Tribunal Supremo iraní.
El Gobierno aplica la pena capital, entre otras causas, para hacer frente a las "acciones inmorales", delitos que son perseguidos por la policía y efectivos de los Basij (voluntarios leales al régimen). Mujeres que usan mal el velo islámico, jóvenes que cortan o se hacen un peinado que pueda parecer occidental y tiendas que venden ropa corta o transparente también pueden ser castigadas por no respetar las normas de la religión mahometana, seguida de forma estricta en Irán.
Los castigos más duros, que llegan a la pena capital, los reciben los condenados por tráfico de drogas, atraco a mano armada, homosexualidad, adulterio y violación, ya que estos delitos son considerados en el Islam como "corrupción en la tierra".
Precisamente esos mismos delitos son los que llevaron la pasada madrugada a la horca a 30 personas, calificadas todas por las autoridades como "malvadas", según la agencia nacional de noticias, IRNA. Tenían "decenas de antecedentes penales", sobre todo, con estupefacientes.
Al menos 10 de ellos habían sido condenados por "agresiones sexuales", "el consumo de bebidas alcohólicas", prohibidas en el Islam, y de haber utilizado arma blanca en ataques y luchas callejeras y causado heridas a numerosas personas, explicó IRNA.
"Los 20 restantes eran narcotraficantes y distribuidores de drogas a gran escala. Todos eran mufsid fil ard (corrupto de la tierra)", dijo el fiscal de Teherán, Said Mortazavi, según la televisión estatal.
"Además de causar desorden en la sociedad, esos delincuentes habían participado en el contrabando de drogas en Irán y fuera del país, así como en la formación de bandas organizadas para llevar a cabo acciones delincuentes", añadió.
Asimismo, aseguró que los ejecutados recibieron un juicio justo y que las sentencias en su contra fueron ratificadas todas por la Corte Suprema iraní, mientras reiteraba el compromiso del régimen de Teherán de seguir adelante con la campaña contra la delincuencia. "Con los planes para mejorar el estado de la seguridad en las ciudades hemos demostrados nuestra voluntad para hacer frente a la delincuencia y el crimen organizado", dijo Mortazavi, e instó a la población a colaborar con las autoridades por la "seguridad urbana".
"Convertiremos a Teherán en la ciudad más insegura para los delincuentes", recalcó. Casi todos los países islámicos no han respondido hasta ahora a los llamamientos para cancelar la pena de muerte, por lo que las ejecuciones son frecuentes en estados como Irán y Arabia Saudí, donde en este último los condenados a la pena capital son ejecutados con sable en público. Además, las personas condenadas en Irán por adulterio son castigadas por lapidación.