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Irán ordena enriquecer el uranio en un nuevo desafío a Occidente

Tras anunciar que el pacto nuclear estaba cerca, Ahmadineyad da otro giro a su plan.

el 07 feb 2010 / 20:43 h.

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Mahmud Ahmadineyad, ayer en una exposición sobre tecnología láser en Teherán.

El presidente iraní, Mahmud Ahmadineyad, alimentó ayer la tensión y la confusión que envuelve el conflicto nuclear con Irán al anunciar que ha ordenado a los expertos de su país que inicien el proceso para el enriquecimiento de uranio al 20% -un porcentaje que convierte al uranio en altamente enriquecido y, por tanto, más radiactivo-.


Frente a un nutrido grupo de científicos, el mandatario precisó, no obstante, que la decisión no significa que el régimen iraní haya renunciado a la negociación con la comunidad internacional.


"Estamos dispuesto a dialogar sobre el intercambio de combustible nuclear.... Nosotros comenzamos [con el enriquecimiento] aunque el camino de la negociación sigue abierto", recalcó. El anuncio fue acogido con "decepción" en Munich, donde ayer se clausuró la Conferencia Internacional de Seguridad.


Su responsable, Wolfgang Ischinger, lamentó que las palabras del presidente iraní se produjeran sólo un día después de que su ministro de Asuntos Exteriores, Manucher Mottaki, alentara cierta esperanza al afirmar que se estaba a escasos pasos de un acuerdo. Desde Roma, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, mostró un sentimiento similar e instó al resto de los países a "unirse" para frenar la "ambigua política" emprendida por el régimen persa.


presión. "Si la comunidad internacional permanece unida, todavía se está a tiempo para que las presiones sobre Irán y las sanciones tengan el efecto deseado", resaltó el responsable norteamericano en un mensaje que parecía tener un destinatario principal: China. Pekín, que compra casi un tercio del petróleo que consume a la República Islámica, se muestra reticente a aumentar la presión sobre Irán pese a la insistencia de Washington y de otros gobiernos de que el esfuerzo nuclear persa proyecta sombras.
Países como Estados Unidos, Israel, Francia, Alemania y el Reino Unido acusan al régimen de los ayatolá de ocultar, bajo su esfuerzo atómico civil, un proyecto de naturaleza clandestina y aplicaciones bélicas cuyo objetivo sería la adquisición de un arsenal nuclear, alegación que Irán rechaza.


El conflicto se agravó a finales del pasado año después de que Teherán rechazara una propuesta de Washington, París y Moscú para enviar su uranio al 3,5% al exterior y recuperarlo tiempo después enriquecido al 20%, en las condiciones necesarias para mantener operativo su reactor nuclear civil en la capital.


En un aparente cambio de dirección, Ahmadineyad aseguró el pasado martes que su país no tiene problema alguno para enviar el uranio al exterior.


"Nos ha pedido recientemente que iniciemos un nuevo diálogo y han dicho que están dispuestos a suministrarnos combustible, incluso si el nuestro permanece en Irán... pero incluso si enviamos el combustible nuclear al exterior, no será problema", dijo durante una entrevista con la televisión estatal.


La declaración pareció surtir efecto en la capital china, que se apresuró a indicar que las palabras del mandatario iraní mantenían abierta una puerta para la salida negociada.


En Washington, que presiona desde hace meses para conseguir que todos los miembros permanentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas respalden un endurecimiento de las sanciones políticas y económicas, se volvió a exigir a Teherán que pusiera fin al juego y adoptara una postura diáfana. El sorprendente anuncio de Ahmadineyad también había sembrado cierta confusión en Irán, donde algunos sectores lo interpretaron como una cesión ante la presión externa.

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