El Gobierno irlandés presentó el texto oficial del tratado internacional que "prohíbe, bajo cualquier circunstancia, el uso, desarrollo, fabricación, adquisición y almacenamiento" de las bombas de racimo, al tiempo que refuerza la asistencia a las víctimas, que en gran parte de los casos son civiles.
El texto fue acordado el pasado miércoles en Dublín por 111 países y será ratificado en Oslo con una ceremonia que se celebrará el dos de diciembre.
Los firmantes y la Coalición contra las Bombas de Racimo (CMC), que agrupa a más de 200 ONG, calificaron el documento de histórico a pesar de que los principales productores y usuarios (EEUU, Rusia, China e India) no lo suscribieron.
España, y la mayoría de los países que pertenecen a la OTAN, prefirieron destacar la inclusión en el tratado del concepto de "interoperabilidad" por el que podrán cooperar con estados no firmantes.
