A saber, las cuatro nuevas atracciones son: Los Bucaneros, El Templo del Terror, el Jaguar y dos películas en 4D de estreno mundial, lo que le ha costado al parque -que siempre está a punto del cierre-, una inversión total de casi dos millones de euros.
Nada más entrar se topará con una de sus nuevas atracciones: Los Bucaneros con el que supuestamente podrá refrescarse con una batalla de agua. Son siete barcos que van por un circuito en paralelo con cuatro cañones cada uno. ¿La misión? ¡Disparar con los chorros de agua al adversario! Pues va a ser que no. Los chorros no tienen tanta potencia como para alcanzar en condiciones al enemigo, como mucho le chispea. Con suerte si pilla la otra embarcación pegada a la suya entonces conseguirá mojarlo. Los niños le daban con todas sus energías a la palanca como si les fuera la vida en ello, pero viendo que no empapan, se ofuscan y se cruzan de brazos. Los padres, en cambio, van contentos por no mojarse.
Después de la frustración con Los Bucaneros, toca ir a El Templo del Terror. Aviso a navegantes: si quiere entrar en este laberinto del mal, tendrá que pagar cinco euros aparte de la entrada a Isla Mágica. Y si está dispuesto a aflojar más el bolsillo, una vez ticket en mano, el señor que está a las puertas del miedo elegirá del grupo a un guía para adentrarse en las entrañas del laberinto. Comienza dando un toque a la campana y con una advertencia: "No toquéis a nada ni a nadie y nada ni nadie os hará daño". Catorce escenas protagonizadas por el típico con la motosierra, Freddy Krueger o la niña del exorcista, todos más que preparados para provocar gritos y sobresaltos. Así que esta atracción que aspiraba al sobresaliente, se queda en el notable porque a algunos les provocaba risa y por tener que pagar aparte.
Las dos películas en 4D de estreno mundial están bastante bien. La primera de ellas es Sinfonía de Peces, un pequeño musical educativo en el que su protagonista revela los secretos del mundo submarino. Tanto él como varias de las escenas se parecen bastante a la película Buscando a Nemo de Disney Pixar. El prota es naranja, aunque no pez payaso; aquí los tiburones también son amigos; y cuando se sumergen en las profundidades todos saben a qué habitante marino le toca aparecer: el de la lucecita colgando en la cabeza.
Y con la segunda, El Principito, fácilmente volverá a su infancia. Aunque es muy fiel al dibujo del autor del libro Antoine de Saint-Exupéry, no se trata de llevar la misma historia a la pantalla, si no que el principito vivirá una aventura nueva con su amigo el zorro domesticado con el que viajará a través del tiempo en busca de su amiga la rosa.
Los efectos como los chorritos de agua o las fugas de viento más o menos están coordinados con las imágenes, pero los movimientos temblorosos de las butacas, no, que hay veces en las que no se sabe ¡ni por qué vibra! Las dos son muy divertidas y coloridas, ideales para los niños que al finalizar decían "¿ya se ha terminado?". Querían más. Apunte otro notable.
Y por último, el Jaguar que lleva muchos años, peeero hay que renovarse o morir, y ha hecho lo primero modernizándose con arneses nuevos y más flexibles, nada de la rigidez de los antiguos que se clavaban en los hombros, y la cabeza se tambaleada entre las barras. Esta novedad da mayor libertad y visión, tanto que ¡le parecerá salirse del asiento! Así que, se lleva el sobresaliente. Nuevas sensaciones que a algunos entre tanta vuelta gritaban "¡lentejaasssssssssssss!", una coña con los amigos.
