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Una isla de 'guiris' y piratas

El parque temático estrena dueño extranjero y recibe en su primer día más de 3.000 visitas, la mayoría foráneos. Fueron pocos sevillanos, pero sin duda los más fieles, los de pase

el 30 mar 2013 / 14:31 h.

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El alcalde de Sevilla ha inaugurado la nueva temporada de Isla Mágica. El alcalde de Sevilla ha inaugurado la nueva temporada de Isla Mágica. Érase una vez una isla capaz de deshacerse de un plumazo de las tormentas, aunque fuera sólo por unas horas.Una tierra en la que brilló el sol y donde sus visitantes, venidos de los lugares más recónditos del planeta, desde Pino Montano hasta Estambul, portaban camisetas de manga corta y chamarretas bien atadas a la cintura. Isla Mágica vivió su resurrección más primaveral, con mucho calor de inicio –más nubes a la tarde– y de la mano de una pléyade de piratas locuelos, flamencas salerosas, institutrices repipis y, como no, niños, cientos de niños y de todas las edades. En ese mundo de fantasía, que vive desde el sábado su decimosexta temporada, la reina es María José. Con pase de temporada en mano, no dudó en guardar cola a primera hora y lanzarse a la aventura, como cada año. Así, se reencontró con sus amigos de esta isla, como Miguel, que porta una de las aves rapaces del espectáculo A Vuelapluma o a media charanga pirata que la recibió a ella con los brazos abiertos y, al resto, con ritmos de Quiero ser como tú, del Libro de la Selva, o el archiconocido Gangnam Style. Y es que esta joven de 41 años, que padece síndrome de Down, es de las fieles de Isla Mágica. “Y del Real Betis”, remarca ella, mientras su madre, Carmen González, marca la hoja de ruta: ver un par de espectáculos, montarse en las atracciones y “otro día se verá más, que tenemos hasta noviembre”. Eso sí, hay algo que no se podían perder en este primer día: La Lola se va a la Feria, un espectáculo que chifla a María José. Tanto, que hasta se ofreció voluntaria a dar el primer taconeo sobre el tablao de El Corral de Comedias. No son los únicos de esta cuadrilla de los inseparables del parque. A Miguel Lucas, por ejemplo, no le hacen falta niños. Él, a sus 59 años, parece que se zambulló en la fuente de la juventud –hay una en Isla Mágica, por cierto–. “Me encanta subirme en todo, desde la Travesía hasta el Jaguar”, relata Miguel, cerveza en mano y disfrutando del ambiente festivo. Y es que para él, con pase de temporada desde el primer año, ayer era uno de sus días grandes, No había mucha gente, pero sí suficiente para decir que Isla Mágica tuvo un buen arranque para esa resurrección a la que tan insistentemente ha recurrido un optimista confeso como el director del parque, Antonio Peláez, que se aferra al soplo de aire fresco de los nuevos dueños, Looping Group. No es el único, pues el alcalde, Juan Ignacio Zoido, padrino de la nueva temporada, también confió en el grupo galo, así como en exprimir el potencial al otro lado del río, citando no sólo Isla Mágica, sino el atractivo que supondrá pronto la Torre Pelli. Pero ayer no hacían falta rascacielos. Los más de 3.000 visitantes conformaron su particular torre de Babel. No en vano había familias de Reino Unido, Alemania, Turquía y, sobre todo, Portugal, el país al que se le podría llamar salvavidas del parque –una de cada cinco visitas vienen de allí–. Tampoco faltó el turismo nacional de rebote, es decir, que vienen tras disfrutar de la Semana Santa. No es el caso de la familia de José Manuel Prior. Llegado de Castellón con su mujer y sus tres hijos, es un experto en parques temáticos. Espoleado por el más fanático de sus pequeños, Pere, de 10 años –sus dos hijas, Neus y Mar, de 7 años, acaban de empezar en este mundillo de los parques de ocio–, ya han visitado Terra Mítica, Port Aventura y Eurodisney. Y este fin de semana toca exclusivamente Isla Mágica. El arranque no pudo ser mejor: Pere experimentó el cosquilleo en la barriga de las tres bajadas que vivió en el Desafío, plasmadas por la cámara de su padre. “Es un parque limpio y atractivo”, indicó en un primer diagnóstico José Manuel, que mañana volverá a patearse el recinto con sus hijos. Mónica Etxeandia y Shanti Galgarsoro, del País Vasco, buscaban en el mapa algo más relajado o, mejor dicho, más adapta- do para Lander (5 años) y Alcaitz (2). Las soluciones más cercanas: el Sapo Saltón o Los Bucaneros. Pero para visitante joven está una sevillana como Olivia, que con 4 meses nada más ya iba arropada en su carrito y bien acompañada por sus padres, Juan Manuel Sevilla y Rocío Luján. Son vecinos de Mairena del Aljarafe y, si antaño eran ellos los que venían a disfrutar de Isla Mágica, ahora ven cómo sus hijas lo hacen por ellos. No Olivia, que es una mera espectadora de lo que disfrutaron sus hermanas Marina, de 4 años, y Laura, de dos.

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