Israel cerró de nuevo el paso de mercancias a Gaza tras la avalancha de palestinos que, empujados por el hambre, echó abajo el muro que separa la franja de Egipto. Hamás amenazó ayer con repetir esta situación pero en la frontera israelí, lo que haría añicos la ya de por si difícil paz que se acordó hace poco más de dos meses en Annapolis.
"En el futuro sucederá algo parecido en el paso de Erez, no es sólo una imaginación, la próxima vez sucederá, es algo que puedo predecir porque no se puede mantener encerrado a un millón y medio de palestinos", afirmó uno de los líderes del movimiento islámico Hamás, Ahmed Yusef, en un claro aviso sobre las consecuencias del bloqueo israelí, que ya se empezaron a ver el pasado miércoles al romperse la frontera palestina con Egipto.
Por segundo día consecutivo, miles de palestinos de distintos puntos de la franja de Gaza, algunos revendedores de productos, cruzaron al territorio egipcio para hacer sus compras, salir a estudiar o simplemente respirar aires de libertad, tras siete meses de absoluto cerco israelí. Poco antes de las declaraciones de Yusef, otro dirigente de Hamás, Mohamed al-Ghoul calificó lo sucedido en la frontera con Egipto como el primer paso para acabar con el bloqueo israelí. "La voladura de fronteras es el inicio del refuerzo de la soberanía palestino-egipcia en el cruce de Rafah sin la intervención de Israel", dijo.
El Ejército israelí respondió a esta apertura de frontera entre Gaza y Egipto con una nueva prohibición a la entrada de camiones con mercancías para la población palestina por el paso fronterizo de Kerem Shalom. El pasado martes, bajo gran presión internacional, Israel autorizó la entrada de combustibles, alimentos básicos y medicinas para evitar una crisis humanitaria en la franja de Gaza.
Pero el Gobierno israelí sigue al pie de la letra el mandato de su primer ministro, Ehud Olmert, que dijo que la vida en Gaza "no sería comoda". Por ello, apeló a la desconexión para dejar de "proporcionar a los residentes palestinos electricidad y medicinas, que tendrán que recibir de otras fuentes".
Alarma internacional. El Consejo de Derechos Humanos de la ONU dio su aprobación, con el voto de los países en desarrollo, de una resolución que denuncia los ataques militares y pide que se levante el bloqueo. La resolución se aprobó por 30 votos favor, mientras que 15 países se abstuvieron. Canadá emitió el único voto en contra. EEUU e Israel, que no están entre los 47 miembros del órgano, pero pueden asistir en calidad de observadores, no se presentaron al debate.
Horas después, EEUU rechazó la resolución, a través de su embajador ante la ONU en Ginebra, Warren Trichenor, que dijo que "Hamás tiene, en última instancia, la responsabilidad de lo que está ocurriendo".
