Cultura

Israel Galván baila en el Apocalipsis

El bailaor Israel Galván vuelve a dar esta noche otra vuelta de tuerca al arte jondo (Maestranza, 20.30 horas) con El final de este estado de cosas redux, un enigmático título detrás del cual aguarda un espectáculo "ajeno al baile clásico de un tablao". Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 15:39 h.

El bailaor Israel Galván vuelve a dar esta noche otra vuelta de tuerca al arte jondo (Maestranza, 20.30 horas) con El final de este estado de cosas redux, un enigmático título detrás del cual aguarda un espectáculo "ajeno al baile clásico de un tablao".

"Ésta es mi obra más personal", aseguró tajante ayer Israel Galván. En ella, y aliado con el inefable Pedro G. Romero, el bailaor ha integrado el flamenco con otras danzas "extremas" como el butho, de origen japonés, o la tarantella italiana.

Durante la presentación del espectáculo, Galván explicó que ha mezclado cantes como seguiriyas, villancicos, bulerías y saetas con el butho, que conoció en Japón y que según su opinión "tiene mucha relación con el flamenco", y la tarantella, un baile popular italiano de galanteo con ritmo creciente, muy vivo y en proceso de recuperación.

Estrenada en 2007 en el certamen Málaga en flamenco, la nueva obra de Galván es, además, una de las más arriesgadas en lo que respecta al tiempo, jugando con una duración que, en su estreno, superó ampliamente las dos horas de duración.

No obstante, Pedro G. Romero aseguró que ahora, para la Bienal, "los elementos del espectáculo están cada vez más claros", lo que ha significado la reducción del minutaje para "redondear el resultado y para que las claves que Galván transmite con su baile sean más comprensibles".

Representada también en Mijas y Jerez, a la Bienal, El final de este estado de cosas redux llega en una versión inédita, al ser el resultado de una "limpieza" tras la que ha dejado "lo esencial" después de dos reestructuraciones, ya que según aseguró "quería que llegara a la Bienal lo mejor posible", aunque nunca pueda afirmar que la obra esté cerrada definitivamente.

Por otro lado, Galván destacó la importancia del silencio en su obra, en la que bailará un tango sin acompañamiento de guitarra, y que otorga una nota de improvisación a la representación, a pesar de que cuente con un guión fijo de aproximadamente una hora y media.

Sobre el hilo argumental del espectáculo, Romero explicó que la obra está "libremente basada" en el Apocalipsis de Juan de Patmos, que aseguró "es un texto de "lectura clave" en la vida del cantaor, sobre el que no se dan relaciones literales en la puesta en escena, sino que es más un "enfrentamiento íntimo" que hace que Israel Galván "sude el apocalipsis que tiene dentro de su cuerpo".

De hecho, la estructura de la obra no es lineal, y más bien parece seguir "el curioso guión de una misa invertida" por la que "deambulan imágenes atroces de la ramera de Babilonia, ataúdes, cuernos y restos de animales, y hasta un terremoto", según detalla el llamativo texto con el que el espectáculo se presenta.

Apocalipsis . La actuación se divide en tres partes, la primera de las cuales es un prefacio en el que Juan se presenta en Patmos, le sigue el anuncio con una videoproyección con redoble de metralla real y taconeo desde Beirut, y termina con un tercer acto llamado Principio y fin dividida en otros tres bloques denominados a su vez Principio: La catástrofe mayor, Fin: la travesía del desierto y Alfa y Omega: sin fin.

Galván, quien prefiere dejar la palabra a Romero para que éste explique todo el peso teórico de la obra, sí apuntó cómo en esta creación "hay una energía distinta" a la de todos sus trabajos anteriores, "una energía", recalcó, "que fluye, camina y coagula en determinados momentos por el escenario". El extenso título de este espectáculo fue propuesto por la madre del bailaor, Eugenia de los Reyes, y alude "al caos y al final del mundo como única e incuestionable realidad".

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