Cultura

Israel Galván mezcla flamenco con otras danzas extremas de Japón e Italia

El bailaor Israel Galván representará mañana en la Bienal de Flamenco de Sevilla su obra más personal, en la que ha asegurado que no habrá nada de lo que puede verse en un tablao, una música que ha mezclado con otras danzas extremas como el "butho", de origen japonés, o la "tarantella" italiana.

el 15 sep 2009 / 15:38 h.

El bailaor Israel Galván representará mañana en la Bienal de Flamenco de Sevilla su obra más personal, en la que ha asegurado que no habrá nada de lo que puede verse en un tablao, una música que ha mezclado con otras danzas extremas como el "butho", de origen japonés, o la "tarantella" italiana.

Durante la presentación del espectáculo hoy en Sevilla, Israel Galván ha explicado que ha mezclado cantes como seguiriyas, villancicos, bulerías y saetas con el "butho", que conoció en Japón y que ha manifestado que "tiene mucha relación con el flamenco", y la "tarantella", un baile popular italiano de galanteo con ritmo creciente y muy vivo.

Por otro lado, Galván ha destacado la importancia del silencio en su obra, en la que bailará un tango sin acompañamiento de guitarra, y que otorga una nota de improvisación a la representación, a pesar de que cuente con un guión fijo de aproximadamente una hora y media.

Esta obra ya ha sido representada en Mijas y Jerez, aunque la versión que se pondrá en escena mañana en Sevilla es inédita, al ser el resultado de una "limpieza" realizada por el bailaor, tras la que ha dejado "lo esencial" después de dos reestructuraciones, ya que ha asegurado que "quería que llegara a la Bienal lo mejor posible", aunque nunca pueda afirmar que la obra esté cerrada definitivamente.

Por su parte, el director artístico, Pedro G. Romero, ha concretado que esta nueva versión no es una reducción de la primera, sino que han mezclado las claves del espectáculo, "que están cada vez más claras", para redondear el trabajo de cara a la Bienal.

Sobre el hilo argumental del espectáculo, Romero ha explicado que la obra está "libremente basada" en el Apocalipsis de Juan de Patmos, que ha asegurado que es un texto de "lectura clave" en la vida del cantaor, sobre el que no se dan relaciones literales en la puesta en escena, sino que es más un "enfrentamiento íntimo" que hace que Israel Galván "sude el apocalipsis que tiene dentro de su cuerpo".

De hecho, la estructura de la obra no es lineal, y más bien parece seguir "el curioso guión de una misa invertida" por la que "deambulan imágenes atroces de la ramera de Babilonia, ataúdes, cuernos y restos de animales, y hasta un terremoto", según detalla el informe de prensa.

La actuación se divide en tres partes, la primera de las cuales es un "prefacio" en el que Juan se presenta en Patmos, le sigue el "anuncio" con una videoproyección con redoble de metralla real y taconeo desde Beirut, y termina con un tercer acto llamado "Principio y fin" dividida en otros tres bloques denominados a su vez "Principio: La catástrofe mayor", "Fin: la travesía del desierto" y "Alfa y Omega: sin fin".

La directora escénica, Txiki Berraondo, ha subrayado que los mayores problemas del bailaor "es el esfuerzo que hay que hacer para no estropearlo", por lo que se ha basado en "dotarle de estructura por donde pueda caminar ligero".

Sobre la obra ha detallado que es un espectáculo que habla por sí mismo y ha añadido que "hay una energía que fluye, camina y coagula en determinados momentos" por el escenario.

El título de este espectáculo fue propuesto por la madre del bailaor, Eugenia de los Reyes, y alude "al caos y al final del mundo como única e incuestionable realidad".

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