Siete palestinos, entre ellos cuatro niños y su madre, murieron ayer en un ataque de tanques israelíes al norte de Gaza. Estas muertes hacen aumentar la incertidumbre sobre los actuales esfuerzos para concertar un alto el fuego entre Israel y las milicias armadas palestinas con la mediación de Egipto.
El Ejército israelí devolvió, con el último ataque, a la cruda realidad de Oriente Próximo al presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmud Abás, que el domingo reiteró su confianza de que el conflicto se resolvería antes de finales de este año.
Este último ataque israelí, que se produjo en la localidad de Beit Hanun, al norte de la franja de Gaza, también dejó a su paso una veintena de heridos.
En cuanto a la familia, los cuatro hermanos tenían edades comprendidas entre uno y siete años, y perdieron la vida al lado de su madre al impactar un proyectil de un tanque en su casa, según explicó el jefe del servicio de emergencias del ministerio local de Sanidad, Moawiya Hasanien. Los otros dos fallecidos eran milicianos. Además, agregó que en otro ataque perpetrado por la aviación israelí cerca de la población de Beit Lahia, también en el norte de Gaza, resultaron heridos otros cuatro milicianos palestinos, de los cuales dos están graves.
Milicias culpables. La portavoz del Ejército israelí, la comandante Avital Leibowitz, aseguró que se está "investigando lo ocurrido" y que se trata de "una prueba más de que los terroristas operan en zonas donde hay civiles, a los que las milicias utilizan como escudos humanos".
Otro portavoz militar indicó a su vez de que la operación, que seguía operativa al cierre de esta edición, tenía la misión de impedir el lanzamiento de cohetes desde las zonas en las que suelen ser disparados contra la población israelí.
El brazo armado de Hamás, las Brigadas de Azedín Al-Kasem, señaló en un comunicado que sus milicianos se enfrentaron a las fuerzas israelíes en la zona, y asumieron junto a la Yihad Islámica la autoría del lanzamiento de varios cohetes contra localidades israelíes próximas a la franja.
La ANP manifestó, en cambio, que la ofensiva militar israelí en Gaza "podría dañar los esfuerzos para acordar un alto el fuego". El repunte de la violencia se produce en medio de las conversaciones que mantienen Israel y Hamás con la mediación del Gobierno egipcio para alcanzar una tregua en Gaza a cambio de levantar el bloqueo israelí a este territorio. En este sentido, dirigentes de varias milicias palestinas viajaron a El Cairo para analizar si se avienen a esta propuesta de tregua.
El líder del movimiento islamista Hamás en Gaza Ismail Haniye, afirmó que la "actual escalada militar israelí contra Gaza es una prueba de que no están interesados en alcanzar un alto el fuego". Sin referirse en detalle al suceso de Beit Hanún, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, acusó a Hamás, que controla la franja desde junio, de "todo lo que sucede en Gaza".
Barak agregó que las milicias que "operan desde zonas pobladas y guardan allí artefactos explosivos, también son responsables de que se produzcan víctimas civiles en estas operaciones".
