Las relaciones entre EEUU e Israel se tensan cada vez más después de que Israel anunciara la pasada semana su intención de continuar construyendo viviendas para judíos en la zona de Jerusalén que los palestinos consideran su capital.
A pesar de las advertencia de Estados Unidos, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, insistió ayer en que "la construcción de los asentamientos continuará desarrollándose en Jerusalén como en los últimos 42 años". Netanyahu lanzó este nuevo desafío en una reunión con el grupo parlamentario de su partido, el conservador Likud, en respuesta a la pregunta de una diputada sobre el efecto de la nueva crisis diplomática con Washington surgida a raíz de este anuncio. Tras referirse al caso de Jerusalén, el primer ministro israelí precisó que la construcción también proseguirá en la Cisjordania ocupada al concluir la moratoria parcial por diez meses decretada en noviembre en las colonias de ese otro territorio palestino. "La decisión del Gobierno de Israel de reiniciar la construcción transcurridos los diez meses sigue en pie", sentenció Netanyahu.
Esta declaración de intenciones israelí tiene lugar sólo dos días después que la secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, considerara un insulto el anuncio de la construcción de 1.600 casas en la colonia jerosolimitana de Ramat Shlomo durante la visita que giró la pasada semana el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, para impulsar una negociación indirecta con los palestinos. La suspensión de la construcción en los asentamientos judíos en el territorio palestino ocupado en 1967 es una de las cuestiones fundamentales del conflicto de Oriente Próximo, y demanda fundamental de la moderada Autoridad Nacional Palestina (ANP) para retomar el diálogo directo con Israel.
El viernes, Clinton llamó a Netanyahu para mostrarle el rechazo de su administración a la decisión y, según informó ayer el diario Haaretz, le exigió que la anule, haga gestos hacia los palestinos para permitir que se reinicie el proceso de paz y declare que el diálogo tratará sobre los asuntos principales del conflicto. En estas circunstancias, el embajador israelí en EEUU, Michael Oren, consideró que las relaciones entre los dos países afrontan la peor crisis en 35 años.
Así lo manifestó el representante diplomático del Estado judío en una reunión convocada con carácter especial con cónsules generales israelíes el pasado fin de semana y que tenía por objeto analizar el estado de los lazos bilaterales. En la reunión, Oren afirmó que la actual crisis era la más seria con los estadounidenses desde la confrontación entre Henry Kissinger e Isaac Rabin en 1975, sobre la exigencia norteamericana de que Israel se retirara parcialmente de la Península del Sinaí.
También lamentó el anuncio hecho la pasada semana por Israel el principal asesor político de la Casa Blanca, David Axelrod, quien tachó ayer de "afrenta" e "insulto" el nuevo plan de asentamientos de Israel en el sector árabe de Jerusalén.
"Lo que pasó allí fue una afrenta, fue un insulto pero eso no es lo más importante. Lo que hizo fue hacer más difícil un proceso muy difícil", explicó Axelrod en declaraciones a la cadena de televisión, ABC. "Hemos iniciado un diálogo de aproximación entre los palestinos y los israelíes, y esto pareció calculado para minar eso, y es algo que preocupa a todos los que están promoviendo la idea de la paz y la seguridad en la región", enfatizó Axelrod.
Por la seguridad. Preguntado sobre si la aparente intransigencia de los israelíes en el tema de viviendas pone en riesgo la seguridad de las tropas estadounidenses, Axelrod contestó: "Creo que esa región y ese asunto de los asentamientos es un foco de tensión, pero no lo describiría en esos términos". "Creo que es absolutamente imperativo, no sólo para la seguridad de Israel y del pueblo palestino que, recordemos, estaban en guerra hace apenas un año, pero es importante para nuestra propia seguridad que avancemos y resolvamos este asunto tan difícil", observó.
La visita a Israel del vicepresidente norteamericano Joe Biden tenía como objetivo, entre otros asuntos, intentar tender puentes hacia el Gobierno del primer ministro Benjamín Netanyahu.
Por este motivo, Washington anunció el pasado lunes que las autoridades israelíes y palestinas habían aceptado mantener negociaciones indirectas de paz auspiciadas por el enviado especial de EEUU para Oriente Próximo, George Mitchell.