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Israel paga caro por traer a sus dos soldados muertos a casa

La entrega de los restos de los soldados israelíes Ehud Goldwaser y Eldad Regev ha puesto fin a dos largos y tortuosos años de dudas, pero también ha acabado con las esperanzas de sus familias de volver a verlos con vida. Foto: EFE.

el 15 sep 2009 / 08:06 h.

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La entrega de los restos de los soldados israelíes Ehud Goldwaser y Eldad Regev ha puesto fin a dos largos y tortuosos años de dudas, pero también ha acabado con las esperanzas de sus familias de volver a verlos con vida.

Hasta el último momento los familiares más cercanos de los jóvenes soldados se aferraron a la ilusión de que éstos pudieran regresar vivos, pero el sueño se desplomó con las imágenes televisadas que mostraban la llegada de sus cuerpos en dos ataúdes negros al cruce fronterizo de Rosh Hanikrá, en el norte de Israel.

Sobre las tres de la tarde, hora local, llegaba la noticia oficial, cuando los generales Eliaser Stern y Gadi Shimani fueron a las casas de las familias Goldwaser y Regev para comunicarles que la identificación de los restos había sido positiva.

Karnit Goldwaser, la esposa que sólo pudo compartir con su marido ocho meses de matrimonio antes de que fuera capturado por Hizbulá en junio de 2006 recibió entre lágrimas en la intimidad de su casa en Nahariya la confirmación oficial de la muerte.

"Esperábamos una sorpresa, pero no ha sido así", declaraba apesadumbrado a los medios Omri Avni, padre de la joven.

"Karnit prometió a los padres de Ehud que le traería de vuelta a casa y hoy ha cumplido esa promesa pero, desafortunadamente, ha regresado muerto", dijo Avni, antes de añadir que la viuda debe ahora "abrir su corazón y empezar su llanto y su luto".

Esta noche, los familiares más cercanos de los soldados irán a la base militar de Shagra para recibir los restos y decir adiós en la intimidad a sus seres queridos.

Hoy, Regev y Goldwasser, ascendidos a título póstumo a los rangos de sargento primero, serán enterrados, respectivamente, en los cementerios militares de Kiryat Motzkin y Nahariya.

En estos momentos de dolor, la familia Goldwaser no olvidó dedicar unas palabras a los padres del soldado Guilad Shalit, capturado en Gaza en junio de 2006 y que, al menos hasta el mes pasado, seguía con vida.

"Goldwaser y Regev tendrán sus funerales hoy, pero no dejaremos solo a Guilad. Estamos listos para volver a unirnos a su familia y luchar todos juntos para traerle a casa", declaró Avni, que pidió a las decenas de periodistas congregados frente a la casa de su hija que respeten su deseo de estar solos.

A esta vivienda, al igual que a la de los Regev en la cercana localidad de Kiriat Motzkin, se acercaron vecinos y amigos para encender velas y rezar en recuerdo de los soldados y como muestra de apoyo a sus familias.

Una pequeña de cuatro años, acompañada de su padre, dejó frente a la casa de Karnit un dibujo con corazones y encendió una vela blanca.

En Kiriat Motzkin, Zvi Regev, padre del soldado, reconoció emocionado que hasta anoche esperaba "un milagro" y que la llegada de los ataúdes "puso fin a dos años de aflicción", pero también fue "insoportable".

Regev tuvo que pedir a sus familiares que apagasen la televisión cuando vio las dolorosas imágenes.

Ambas familias han agradecido al Ejército y al Gobierno que les devuelvan a sus hijos, aunque sea muertos, y han recordado la "obligación moral" del Estado de traer a sus soldados a casa.

También han tenido palabras de afecto hacia el pueblo de Israel por haber consentido en pagar el alto precio que Hizbulá ha puesto a los restos.

La entrega de los cadáveres por parte de la milicia chií se ha visto compensada por la puesta en libertad y la entrega a El Líbano de cuatro prisioneros de guerra vivos y de Samir Kuntar, encarcelado en Israel hace treinta años por asesinato múltiple y recibido hoy con honores de héroe al otro lado de la frontera.

Además, Israel ha devuelto los restos de 199 libaneses y palestinos fallecidos en distintas circunstancias, entre ellas la guerra mantenida con Hizbulá el verano del 2006, que tuvo su origen, precisamente, en la captura de Goldwaser y Regev.

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