Cultura

El emperador Augusto se somete a juicio tras su muerte en Itálica

La compañía La Tarasca enfrenta al primer dirigente del gran Imperio romano a sus amigos y enemigos para hacer balance de una vida de «fortuna pública y dolor privado»

el 15 jul 2014 / 15:40 h.

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italica-augustoDesde que los antiguos egipcios creían que antes de emprender el viaje al Más allá, vía Nilo, su corazón era pesado con una pluma para que Maat decidiera si iba ligero de pecados hasta el Juicio Final del cristianismo, todas las civilizaciones han contemplado el tránsito de la vida a la muerte como un viaje en el que hay que rendir cuentas. Los romanos no fueron una excepción y en Augusto, fortuna pública y dolor privado, la compañía La Tarasca enfrenta al primer emperador de Roma a ese balance en la hora de su muerte frente a sus antiguos camaradas, vástagos y enemigos, realidades y quimeras en una especie de reunión póstuma que bien podría asemejarse, según explica el director, Ramón Bocanegra, a los ritos funerarios que se realizaban en el Imperio cuando moría el emperador. La obra, un estreno absoluto, podrá verse en el Teatro Romano de Itálica, en la localidad de Santiponce, desde hoy y hasta el sábado a las 22.30 horas, dentro del ciclo Teatros Romanos de Andalucía, para posteriormente ser representada en el recinto arqueológico de Baelo Claudia (Cádiz) –los días 30 y 31 de julio y 1 y 2 de agosto– y viajar luego a otros escenarios romanos como la Villa de Fuente Álamo en Puente Genil (Córdoba), las termas romanas de Gijón, Mérida, Zaragoza o Huesca. «Al principio pensábamos hacer como un funeral de Augusto, recreando los ritos funerarios que seguramente cuando murió se celebraron no solo en Roma sino en todo el Imperio en teatros como el de Itálica, que mandó construir Trajano, un gran impulsor de estos recintos no solo para albergar representaciones escénicas sino también acontecimientos de este tipo», explicó Bocanegra. Pese a que la propuesta final «es más contemporánea», el director considera que el espectáculo que verán los hispalenses justo cuando se cumplen 2.000 años de la muerte de Augusto bien podría haberse visto en esa época. El montaje pinta un «retrato muy humano» de un emperador que fue un gran innovador, estadista y reformador de Roma en cuanto al Derecho, la Arquitectura o las Comunicaciones. En un tiempo en el que las instituciones de Estado están en cuestión e incluso el propio sistema democrático, heredado de Grecia y Roma, la obra toca la faceta de la soledad del poderosos ya que «en su vida, la política y la cuestión de Estado era muy importante y toda esa irresistible ascensión de Augusto que le llevó incluso al Olimpo de los dioses romanos se contrapone con una vida privada en la que tuvo que traicionar a su amigo de la infancia, a su familia y a Julio César». Bocanegra defiende el gran «rigor histórico» de la obra que bebe de fuentes documentales de la época y posteriores y cuenta con el asesoramiento del historiador Manuel Parodis y pese a que «es espectáculo es como un juicio a su persona», rinde homenaje a una figura como la de Augusto, al cumplirse el bimilenario de su muerte, sin la cual «no se podría entender la historia de Roma ni de las civilizaciones posteriores». Pedro Almagro, Pablo Gasán, Oscar Lara, Juanjo Macías, Ana Malaver, Miguel Angel Martínez, Miguel Molina, David Pavón, J. Ignacio Pérez, María Varod y Celia Vioque son los actores que protagonizan esta puesta en escena. El precio de las entradas para Augusto. Fortuna pública, dolor privado es de 15 euros (12 para estudiantes, desempleados, tercera edad, tarjeta joven y jubilados). Pueden comprarse en taquilla o por internet en http://oberonsaas.com/teatrosromanos.

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