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IU regulará las esculturas para evitar más obras "cuestionables"

Tras un inventario del patrimonio critica figuras como la madre del Rey.

el 16 mar 2010 / 21:06 h.

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Criticada. Colocacion de la estatua ecuestre de la condesa de Barcelona en la plaza de toros en 2008.

El Ayuntamiento de Sevilla tiene por primera vez un inventario de sus bienes culturales. En las calles de la ciudad hay 1.362 entre retablos, placas conmemorativas y esculturas. Las conclusiones del diagnóstico, que sólo se hizo público parcialmente ayer, son evidentes. En primer lugar, hay un reparto muy desigual en la ciudad: frente a los 712 ubicados en el Casco Antiguo, los distritos de Los Remedios, Cerro y Este están por debajo de los 25. En segundo lugar, su estado es “bastante bueno” pese a la constante batalla contra el vandalismo. Por último, hay determinados desajustes en la vía pública entre algunas obras y su entorno, una apreciación ante la que IU puso dos ejemplos: la futura escultura de la duquesa de Alba y la figura de la condesa de Barcelona María de las Mercedes, ubicada frente a la plaza de toros.


Con este documento encima de la mesa, la Delegación de Infraestructuras para la Sostenibilidad prepara ya un plan director de reparación de las obras, una vez establecidas ya las prioridades, para arbitrar mecanismos que eviten nuevas esculturas en la calle de “discutible calidad”.


“Durante los últimos años han ido proliferando monumentos de una discutible justificación por su ubicación en función de su entorno. Hay que arbitrar fórmulas para que no todo el mundo pueda poner una escultura sin criterios objetivos allí donde quiera, y que no proliferen por motivos políticos o coyunturales sino exclusivamente artísticos y culturales”, explicó el primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, quien aludió expresamente a dos: la escultura de la duquesa de Alba y la de la condesa de Barcelona. Pese a esto, no “entra en las prioridades” cambiar obras ya aprobadas o instaladas en la vía pública.


Esto será no obstante en un plan director que debe elaborarse a partir del inventario elaborado por la Delegación, con un coste de 29.500 euros. El registro permite un análisis histórico y artístico completo de cada una de las obras repartidas por la ciudad que a partir de ahora podrán tener algún tipo de protección y proyectos concretos de reforma –los próximos serán los de la Pila del Pato y la Glorieta de Covadonga–. Además, Infraestructuras para la Sostenibilidad empleará esta documentación para difundir el valor patrimonial de la ciudad y dar a conocer a los vecinos las obras artísticas de la vía pública. “Que la gente conozca y viva a través de estos programas de formación permitirá superar la incultura y el desconocimiento que están detrás del vandalismo”.


Según este estudio la mayoría de los monumentos de la vía pública son de la segunda mitad del siglo XX, muchos vinculados a la Exposición Universal de 1992 y hay cuatro personajes que están presentes en numerosas obras repartidas por la ciudad, los rostros que más se repiten en el inventario realizado: Gustavo Adolfo Bécquer, Santa Ángela de la Cruz, Miguel de Cervantes y Francisco Palacios, El Pali. 

Torrijos insinúa una finalidad política tras un acto vandalico

El lunes, un día antes de que IU presentase su inventario de bienes patrimoniales, el PP denunció un destrozo en una fuente de los Jardines de Murillo. El primer teniente de alcalde, Antonio Rodrigo Torrijos, insinuó que se trata de hechos relacionados: “Digo que es una casualidad, que el día antes de que yo presente este inventario se produzca un importante destrozo en la fuente de los Jardines de Murillo, y el PP lo detecte y lo denuncie con tanta rapidez”. Torrijos, que admitió que no hay indicios de un vandalismo organizado contra las obras de la ciudad, sí temió que el caso de la fuente sea “el inicio de un proceso próximo de vandalismo”. Al margen de los fenómenos biológicos, como las palomas, los destrozos provocados son el primer factor de deterioro de las obras ubicadas en la vía pública. No sólo las pintadas, como apuntaron los técnicos responsables del inventario, sino destrozos más importantes: “Lo más llamativo son los graffitis, pero nos preocupan acciones de vandalismo que van más allá como ocurrió en el monumento de la Inmaculada”, apunta José León, uno de los técnicos responsables del estudio. El margen de maniobra ante esto es limitado: “Podemos reforzar la seguridad, pero si quieren destrozar algo es casi inevitable”. 

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