Tener que trabajar para obtener apoyos dentro de tu propia casa no debe ser tarea fácil. Ingrato papel el de Diego Valderas en feudos de Izquierda Unida en los que, no se sabe muy bien por qué complicado sistema de funcionamiento o rivalidades internas de la formación, no acaban de entender que el resultado del candidato a la Presidencia de la Junta será a la vez el de todos ellos. A no ser que traten de pasar página de antemano al 9 de marzo.
Córdoba fue el escenario elegido ayer para cerrar los actos del séptimo día de campaña electoral de Diego Valderas, al que no le acompañó la alcaldesa y presunta compañera, Rosa Aguilar. En esta cita reclamó de nuevo el pago de la deuda histórica que el Estado mantiene con la comunidad, y que la coalición cuantifica en 7.500 millones de euros.
Es más, Valderas solicitó a PSOE y PP que de una vez por todas se pronuncien sobre la cantidad que ellos estiman. "Los andaluces no perderán ni un euro de esta deuda histórica que significará mejor empleo, mejor sanidad, mejor educación y, en definitiva, mejor calidad de vida que iguale a Andalucía a la media española", remarcó el candidato en Córdoba tras inaugurar una exposición pictórica al aire libre.
Conexión con la gente. "En esta Córdoba de izquierdas, progresista y de alternativas al poder establecido en Andalucía desde hace 30 años, quiero reivindicar el sentimiento más profundo de la región, que se corresponde con la importancia que el Manifiesto de Córdoba tuvo en el Estatuto, que no es más que aquella que resaltaba el sentimiento de Andalucía como pueblo", manifestó el candidato sobre la ciudad, donde dijo estar "convencido de que si IU convierte su conexión con la gente en confianza, abrirá un cambio y un nuevo tiempo político necesario con los valores de la izquierda", del que aseguró que "preocupa al PSOE porque supone un aire fresco desde la izquierda de quien practica políticas de izquierdas".
Una constante siempre en su discurso es la denuncia de las desigualdades sociales y territoriales que han originado los 20 años de "manolismo político", tal y como al candidato le gusta decir. No faltaron las propuestas. Y esta vez formuló de nuevo la necesidad de alcanzar pactos entre todas las fuerzas políticas de Andalucía para acabar con la lacra de la violencia de género, la siniestralidad laboral y la cantidad de "pillos y maleantes" que se han aprovechado del crecimiento en Andalucía, bajo la mirada de un Gobierno que ha repartido los recursos de forma insolidaria.
Estatuto. IU también quiere ser clave en el desarrollo del nuevo estatuto de Andalucía, y por ello apela al voto de los trabajadores y los jóvenes, sectores con capacidad de dar respuesta al cambio que propone la formación para poner en práctica políticas de izquierdas. Valderas expresó su "compromiso con la mayoría social, con los trabajadores y con la juventud", para "ponerlos a la vanguardia del desarrollo del Estatuto y que cojan el testigo de los que hicieron lo propio hace 26 años, ya que este texto será el mejor instrumento al servicio de los andaluces".
