La Compañía Eléctrica de Tokio (TEPCO) anunció ayer una nueva buena: el vertido de agua radiactiva procedente de la central nuclear de Fukushima al Pacífico ha cesado gracias a la inyección de silicato de sodio al pozo donde se había detectado la fuga.
En su intento por detener el derrame, los operarios inyectaron unos 1.500 litros de este compuesto químico en el pozo subterráneo por donde se filtraba el agua, ubicado en los alrededores del reactor número dos.
Hace tres días, los técnicos descubrieron el escape e intentaron determinar su origen siguiendo el curso del agua tintada que inyectaron al reactor. La causa de la fuga era una fisura en una tubería, que trataron de tapar con una mezcla de polímero. Hallado el foco del problema, ahora la compañía estudia la construcción de unos diques que contengan la expansión del agua contaminada por radiación a través del océano, según informa la cadena estatal NHK.
A esta fuga de agua radiactiva, se le sumó que TEPCO ordenó el martes el vertido de 11.500 toneladas de agua contaminada al mar para vaciar los tanques de contención y poder rellenarlos de agua con una radiación mayor. La contaminación del océano sobrepasa en 7,5 millones de veces los límites legales. El vertido no sólo afecta a la costa nipona, sino también a los países colindantes. Por ello la Agencia de Seguridad Nuclear de Japón pidió disculpas a los países vecinos por los posible daños que pudiera ocasionar las mareas radioactivas.
Mientras tanto, para evitar posibles explosiones en la vasija de contención del primer reactor, los técnicos de TEPCO inyectaron ayer en su interior nitrógeno gaseoso para evitar que el hidrógeno del interior estalle. Esta operación podría repetirse en los reactores dos y tres. Estos expertos aseguran que el hidrógeno parece estar acumulándose dentro de la construcción. Ello podría ser consecuencia del vertido de agua radiactiva y del daño sufrido por las barras de combustible en el interior de la vasija. El riesgo por una explosión de hidrógeno no es nuevo, ya que tras el tsunami la cubierta y los muros del reactor uno se vinieran abajo por este motivo.
La preocupación porque desde el país nipón lleguen productos contaminados cada día es mayor. Así, la ministra de Sanidad, Leire Pajín, aseguró que hasta el momento sigue sin llegar a España ningún producto procedente de Japón que haya salido con fecha posterior al accidente nuclear, si bien "en las próximas semanas" está previsto que lleguen las primeras mercancías y, por tanto, se activen los controles de radiactividad previstos.
Aunque las importaciones de alimentos japoneses en nuestro país no supera el 0,01%, la ministra manifestó ayer que los productos alimenticios procedentes de Japón pasarán un control "cinco veces mayor" al nivel recomendado por la Comisión Europea, al tiempo que manifestó un mensaje de tranquilidad a los ciudadanía ante la llegada de los primeros productos enviados tras el terremoto y el tsunami.
Además, la Comisión Europea aprobará mañana realizar controles más estrictos sobre las importaciones de alimentos y piensos procedentes de Japón con el objetivo de evitar que partidas contaminadas por radiación lleguen al mercado comunitario.
El terremoto y el posterior tsunami que asoló la costa noreste de Japón se ha cobrado por el momento a 2.468 muertos y 15.091 desaparecidos.
