Nadia Messaoui
"Alarga los brazos con elegancia". Antonio El Pipa, bailaor gitano de Jerez, va animando a sus alumnos. En la sede de su compañía, Danzalucía, en la calle Ponce de Jerez de la Frontera, enseña cómo bailar por alegrías a un grupo de 20 personas, la mayoría extranjera, que acude estos días al Festival Flamenco de la ciudad.
Acompañado por una guitarra y un cantaor, Antonio se aplica en transmitir el amor de su arte flamenco a los cursillistas que acuden de todos los contientes para participar al festival de flamenco de Jerez. La clase, en mayoría compuesta por mujeres asiáticas, es intensa. Durante dos horas, los pies, muñecas y brazos están solicitados para aprender el baile festero de las alegrías.
Concentrados, los cursillistas observan cada paso del bailaor jerezano y escuchan sus indicaciones. "Paso atrás y vuelta", los alumnos obedecen. En la segunda fila, un grupo de japonesas se miran y ríen entre ellas. A pesar de ser bailaoras profesionales e incluso algunas profesoras de baile flamenco en su país, reconocen que en ciudades como Jerez el nivel es mucho más alto.
En el festival de flamenco de Jerez de la Frontera predominan los asiáticos. De los 900 alumnos matriculados en los cursos de baile, los japoneses representan el 15,5 por ciento del alumnado, le siguen los alemanes (10,7%) y, a continuación, los naturales de Francia (10,4%) y Estados Unidos, país que con casi 77 alumnos alcanza un porcentaje del 8,5 por ciento.
Además de la gran aceptación que tienen los cursos de entre los japoneses, este interés también se extiende a Taiwán (5,2%) y China, uno de los países que de forma progresiva se va incorporando a esta oferta singular de aprendizaje.
El área formativa del Festival de Jerez, que viene celebrándose desde el pasado 22 de febrero y se clausura esta misma noche, es uno de los puntos fuertes de este festival bien pensado y organizado. Constituye uno de los tres pilares de su programación, además de los espectáculos y las actividades complementarias.
La gran variedad de palos y de maestros como Matilde Coral, Javier Latorre o Belén Maya atraen a los cursillistas. El carácter internacional del certamen, dedicado al baile flamenco y español, tiene su máxima expresión en los cursos. Si en anteriores ediciones se ha rozado el lleno -97 por ciento de ocupación el pasado año-, éste se ha hecho realidad en la presente edición. Cada año más aficionados acuden del mundo entero a la cuna del flamenco.
